EPILEPSIA DEL LÓBULO TEMPORAL
En la actualidad las neurociencias han descubierto el origen de muchos padecimientos que involucran emociones, pensamientos y conductas que tuvieron explicaciones erróneas aún presentes en población general, incluso en profesionistas.
Uno de los padecimientos neurológicos con manifestaciones mentales es la epilepsia del lóbulo temporal, como otros padecimientos pueden tener variaciones de un paciente a otro, las posibles manifestaciones pueden ser: hipersensibilidad emocional, explosividad en el carácter, crisis de pánico, alegría extrema por crisis, depresión intensa de poca duración, impulsividad, soñar frecuentemente a colores, alucinaciones hipnagógicas (presentes al iniciar el sueño), alucinaciones hipnapompicas (al despertar), hipersensibilidad del oído, exacerbación del sentido del olfato, alucinaciones olfativas (percibir olor sin que exista algo que lo produzca) también llamadas crisis “uncinada”, alucinaciones visuales (es común ver insectos que no existen), macropsia (ver los objetos más grandes de como son), micropsias (ver más chicos los objetos), teleopsia (verlos más lejos), existen sensaciones de lo ya visto (tener la certeza de conocer algo que nunca se ha visto), durante las crisis puede aparecer la sensación de caer en un pozo con el consecuente estado de pánico, la sensibilidad auditiva se puede exacerbar de tal modo que el tic-tac del reloj suene como campanas de iglesia.
Este tipo de crisis son frecuentes en la infancia sobre todo cuando existe fiebre, es común que se confunda con “terrores nocturnos”, los pacientes llegan a tener manifestaciones semejantes a las de la esquizofrenia, sin embargo en la epilepsia son de corta duración (no más de cinco minutos es raro que dure más).
Es común que la personalidad de estos enfermos sea diferente, su manera de vivir, sus gustos y el aislamiento social al que tienden es notorio, algunos personajes históricos han sufrido esta enfermedad, el más típico es Vicent Van Goth, la hipersensibilidad emocional, la intensidad del color en sus pinturas, el estilo explosivo y brusco de los trazos, la psicosis que lo llevaron primero al hospital psiquiátrico y luego al suicidio son ejemplo de estas personalidades intensas y tormentosas.
Se puede pensar con bases racionales que la personalidad de cada humano está fuertemente impulsada por la preponderancia de determinadas áreas cerebrales.
La emotividad escasa se puede deber a una deficiente conexión entre determinadas áreas del cerebro (límbica y frontal derecha), el resultado son personas que son muy prácticas, pueden estar en peligros potenciales sin que el miedo sea intenso, los deportistas extremos son el ejemplo, difícilmente se apegan emocionalmente a otras personas por lo que tienen dificultad para enamorarse, amar a hijos o amigos, en caso de que sean inteligentes son manipuladores y aprovechan cualquier debilidad de los demás sin tener sentimientos de culpa, llegan a tener poder, dinero o bien en caso de que sea torpe pasar buena parte de su vida en la cárcel, equivocadamente esta personalidad se denomina “psicópata”, al parecer es más bien una variable dentro de la gran gama de personalidades humanas.
Cuando el sistema límbico es muy activo y las conexiones con el lóbulo frontal derecho son abundantes la personalidad tiende a ser muy emotiva, a ser solidaria con su pareja, hijos y con el resto de las personas, tienden a la filantropía pero también a la desconfianza (paranoide) que los puede empujar a la agresividad emotiva y fanática, la sensibilidad emocional exagerada llega a ser dolorosa, tienen por este motivo dificultades para socializar ya que con demasiada frecuencia se sienten lastimados por el roce psicológico con los demás, el aislamiento se puede observar desde la infancia y necesita de la compresión de padres y maestros, esta personalidad “hipersensible” tampoco significa una enfermedad, es como en la psicopatía otra variable sana dentro de las personalidades.
El frecuente error estriba en que se intente medir la salud de las personalidades en base a un molde de por sí irracional ya que la variabilidad es la constante en las personalidades, posiblemente por el gran desarrollo que en nuestra especie tiene el cerebro, a mayor complejidad y tamaño más y mayores diferencias.
Las neurociencias están llevando el concepto de “humanidad” a terrenos no imaginados y con más apego a la realidad, lo que puede cimbrar e incluso derrumbar muchos prejuicios respecto a lo que somos.
