EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- En México los micronegocios fracasan principalmente porque los dueños no desarrollan un plan de negocios, no saben de administración, cálculo de costos, ventas y cobranza, no definen una estructura organizacional, ni tampoco designan las actividades a realizar por cada empleado. Todo parte de “sus ganas de trabajar”, afirma Yemy Zonana, directora de la Fundación ProEmpleo.
Cifras de la Secretaría de Economía (SE) a fines de 2006 revelan que las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMes), representan el 95 por ciento del total de empresas en el país, generando poco más del 72 por ciento del empleo total y aportan cerca del 52 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB); cinco de cada diez empresas permanecen en el mercado después de dos años.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) asegura que la mitad de la población económicamente activa del país se autoemplea de manera formal o informal.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dice que México es el segundo país con mayor tasa de personas en el autoempleo (29.7 por ciento).
Sin embargo, información estadística de la OCDE acerca de las empresas familiares, muestra que más del 50 por ciento fracasa antes de ser sucedidas a la segunda generación (del padre a los hijos), entre 70 por ciento y 75 por ciento no sobrevive en el paso a la tercera generación y entre 85 por ciento y 90 por ciento no llega a la cuarta generación.
Para Zonana el problema tiene varias explicaciones, una de ellas es que las escuelas no ofrecen una formación empresarial; y es que “nadie nos enseña a ser empresarios”, por eso considera que la capacitación hace la diferencia. María Luisa Lara, directora general de Presencia Corporativa propone agregar el “emprendurismo” a los planes de estudio de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para que en primaria los niños reciban la información y luego desde secundarias hasta universidades ofrezcan materias al respecto.
Por otro lado, Zonana comenta que muchos de los que inician un negocio son desempleados que ya no contratan por su edad y que después de buscar empleo, sin éxito, prefieren independizarse. Aunque acota, que otros tienen el espíritu emprendedor desde jóvenes y algunos continúan un negocio familiar en marcha. “Mucha gente tiene un capital pero no un plan de negocios, estudios del mercado, análisis de la competencia, a veces no sabe si tiene o no el perfil de empresario, ni considera que los primeros meses no va a ganar, y a los cinco meses ya bajaron la cortina”, resalta la directiva.
Otro aspecto es la informalidad: “Nosotros promovemos empresas formales, aunque no los obligamos, en el único lugar donde no los aceptamos si no se comprometen a formalizarse es en la incubadora de empresas”, agrega Zonana.
ProEmpleo es una asociación civil sin fines de lucro que ofrece capacitación y asesorías empresariales, además de una incubadora de negocios. Promueve el autoempleo, así como el inicio y mejora de microempresas. Ofrece el curso denominado “Inicie su Empresa” que dura 80 horas y está dividido en cuatro etapas: 1. Desarrollo humano (autoestima, confianza personal y motivación), 2. Administración (necesidades del mercado y planeación estratégica), 3. Finanzas (aspectos legales y fiscales, contabilidad y finanzas) y 4. Ventas (estrategias de ventas y simulador de negocios).
Al finalizar el curso los participantes deben entregar un plan de negocios y si lo desean pueden participar en la incubadora de empresas, donde si el proyecto es viable reciben apoyo personalizado por un año mientras se consolidan.
ProEmpleo ha capacitado a más de 23 mil personas; al año ayuda en promedio a casi tres mil en el Distrito Federal y mil 200 en el resto del país. Este año la empresa Comex, que fabrica, comercializa y distribuye pinturas, donará una parte de sus ventas a la fundación para cubrir 100 mil horas de capacitación, con el objetivo de incrementar 30 por ciento el número de personas capacitadas.
León Cohen, director general de Comex, dice que México avanzará sólo si las empresas, organizaciones civiles y ciudadanos unen fuerzas en el combate al desempleo.
“La gente se angustia cuando se queda sin empleo, piensa que no es buena en lo que hace, la autoestima se le viene al suelo y se queda con depresión que no le permite hacer cosas para salir adelante. Pretendemos que quienes pasan por esos momentos vayan a ProEmpleo a recibir la metodología para que su negocio tenga las mayores probabilidades de éxito”, expresa Cohen.
Finalmente, Zonana recomienda a los emprendedores realizar un análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas).
Los futuros empresarios
ProEmpleo capacita entre 200 y 300 personas al mes.
- De los asistentes, el 38 por ciento tiene una licenciatura y no encuentra trabajo, el 50 por ciento está entre los 40 y los 50 años; sólo el 10 por ciento son jóvenes entre los 18 y los 22 años.
- Atiende a empresas tanto del sector servicios como de
comercio. Las microempresas varían entre uno y diez
trabajadores, casi todas
familiares.
- Mediante donativos y la
Secretaría de Economía
invierte entre 30 y 50 mil
pesos por cada empresa en la incubadora de negocios. Los emprendedores deben
desembolsar sólo el diez por ciento del gasto total, es decir, tres mil pesos. En los cursos
cobran 400 pesos por persona.
- Se incuban 50 empresas al año, que dan empleo a
aproximadamente 150 personas.
FUENTE: Yemy Zonana, www.proempleo.org.mx
