Imita una zona con las funciones de memoria, estado de ánimo y vigilia
Reuters
LONDRES, INGLATERRA.-Un grupo de científicos logró desarrollar la primera región artificial del cerebro, un microprocesador de silicio que imita las funciones de una zona que controla la memoria, el estado de ánimo y de vigilia.
Diseñado por investigadores de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles, el microprocesador realiza las funciones de la región cerebral conocida como hipocampo, y un día podría utilizarse para ayudar a las personas que sufren daños en esta parte del cerebro.
Este será el primer microprocesador en probarse en tejido cerebral de ratas y posteriormente en animales vivos.
"Si todo sale bien, luego será probado de manera que ayude a las personas que han sufrido lesiones en el cerebro debido a accidentes cerebrovasculares, epilepsia o a la enfermedad de Alzheimer", dijo ayer la revista New Scientist.
Theodore Berger y su equipo desarrollaron el hipocampo artificial como un caso de prueba para ver si podría hacerse realidad. El experimento les ha tomado casi diez años.
Primero diseñaron un modelo matemático de la función del hipocampo en todas condiciones. El próximo paso involucra un modelo en un microprocesador de silicio para después conectarlo al cerebro en experimentos de laboratorio.
"Nadie entiende cómo el hipocampo codifica la información. El equipo (de investigación) se limitó a copiar su comportamiento", dijo la revista.
Si las pruebas iniciales con tejido cerebral son satisfactorias, Berger y sus colegas tienen planes de comenzar en seis meses otras pruebas con ratas vivas y después con monos.
"Si uno pierde el hipocampo, sólo pierde la capacidad de almacenar nuevos recuerdos", dijo Berger a la revista.
Berger añadió que si el microprocesador, que se colocará fuera del cráneo, ayuda a una persona con daños en el hipocampo a volver a almacenar recuerdos, esto será la prueba de que funciona.
Sin embargo, la revista advirtió que como el dispositivo afectará la memoria y el estado de ánimo, que son fundamentales para la identidad de un individuo, surgirán aspectos éticos y de consentimiento relacionados con el microprocesador.
"Si no se pueden formar nuevos recuerdos, ¿hasta qué punto se puede dar el consentimiento para este implante?" pregunta la revista.
