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Pequeñas especies / ?PARECE QUE ESTÁ UN POQUITO MEJOR?

M. V. Z. Francisco Núñez González

Una vez más se presentaba en la consulta uno de esos casos que a ningún veterinario le agrada tener, su dueña no veía gran mejoría en su perro y lo llevaba a la clínica para realizar la eutanasia.

Se trataba de ?Silver?, un perro Schnauzer plateado de ocho años de edad, de estructura fuerte y de carácter dócil y fiel, era su segunda visita a la clínica por enfermedad en años de ser nuestro paciente. Dos semanas antes había ido a consulta, su problema principal era el vómito, la anorexia y una secreción excesiva de saliva, al auscultarlo presentaba gastroenteritis, gingivitis (inflamación de encías) y una fuerte halitosis (mal aliento) debido a la abundante acumulación de sarro en la placa dentaria. Se administró tratamiento para gastroenteritis, que era lo más urgente, además de todo el protocolo que conlleva; alimentación especial, suero oral, medicamentos, etc., la limpieza dental podía esperar ya que en medicina veterinaria se realiza con anestesia general y ?Silver? no se encontraba en condiciones para resistirla, el ptialismo o salivación y la gingivitis resultaban de su problema dental.

A la siguiente semana regresó en grave estado de deshidratación, el vómito había sido controlado, pero no comía ni bebía en absoluto, pasó tres días hospitalizado con el suero intravenoso como su ángel de la guarda, se administraba papilla de alimento y electrolitos cada dos horas, volvió a regresar a casa en mucho mejores condiciones, al parecer la batalla se había ganado.

Había algo muy especial en su dueña y fácil de percibir en algunos de los clientes, al preguntarme por los costos de hospitalización y tratamientos, al responderles era como decir una de las peores ofensas que existieran, subía de tono el color de sus rostros, enseguida la queja y por último el regateo, no lo hacían por carecer de recursos, ni por ofender, era una reacción innata muy particular en ese tipo de personas que les causa gran dolor desprenderse de algo que aprecian. Recuerdo que en una ocasión al hablar por teléfono con una de las hijas de la señora y al preguntarme por la cuenta de ?Silver?, después de responder, escuché una expresión muy espontánea de la jovencita que alcancé a captar por teléfono. ¡¡Se va a morir mi mamá!!

Pasaron algunos días cuando llevan a ?Silver? de nuevo a la clínica, todo parecía indicar que era el fin, habían tenido una reunión familiar y con todo el pesar, decidieron ?dormirlo? para que dejara de sufrir, seguía sin comer, triste, con ese mal olor y esa salivación que no disminuía, les pedí que lo dejaran hospitalizado el fin de semana, que le otorgáramos la última oportunidad, además no tendría costo alguno, creo que fue un argumento muy fuerte para darle otra oportunidad.

?Silver? se encontraba en mejores condiciones que las veces anteriores en que había venido a la clínica, así que, lo primero era quitar este mal olor y esa salivación que era causada por la inflamación de encías debido al sarro dental, ya se encontraba en condiciones de aplicar la anestesia general, diente por diente se fue limpiando y extrayendo gran cantidad de sarro hasta quedar una dentadura digna de anuncio de dentífrico dental, además le rasuramos esas hermosas barbas malolientes, que junto con sus cejas era su atractivo principal. Había desaparecido el mal olor, pero al estar realizando la limpieza dental me percaté de una cosa que había pasado por alto, al levantar la lengua de ?Silver?, me di cuenta por el proceso de cicatrización, que recientemente había sufrido la pérdida de una gran parte de su lengua, lo raro es que sus dueños no se habían enterado del accidente, pues debió de haber sangrado abundantemente, creo que eso cerraba el caso clínico.

Han pasado varias semanas desde entonces, y no he recibido visita o llamada alguna de los dueños de ?Silver?, aunque sucede algo en común con la mayoría de los clientes, casi me atrevo a decir que el noventa y nueve por ciento nos habla cuando nuestro paciente sigue mal o no presenta mejoría alguna, que es natural su llamada, pero es sumamente raro que hablen por teléfono para decirnos que el perro ya se encuentra recuperado, y cuando hablamos para preguntar sobre el estado de salud, por lo regular nos dicen: ?parece que está un poquito mejor?, lo cual quiere decir que se encuentra bien, incluso es más común que hablen para avisarnos que el perro murió, cuando ya nada podemos hacer, aunque lo hayan llevado por única vez a la clínica de emergencia y en estado grave. No sé si lo hacen para desahogarse y aliviar su pena, o para hacernos sentir mal por haber fallado en salvar la vida a su querida mascota.

Debo decir que me he comunicado con la familia de ?Silver? para preguntar sobre el estado de salud y aunque algo me dice que está mucho mejor, porque no he tenido noticia alguna, sólo me responden: ?doctor, parece que está un poquito mejor?.

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