Desde el inicio de esta administración el cuidado del dinero público entró en una dimensión diferente. En contraste con el sexenio pasado, donde la corrupción fue una característica central, la 4T de AMLO quiere proteger mucho los recursos presupuestales. Cambiaron las normas y las jerarquías; lo que antes era el gasto normal empezó a tener enormes recortes; una gran austeridad cubrió al Estado. A diferencia de otros tiempos de crisis que llevaron a recortes y austeridad para pagar la deuda externa, ahora se hace un traslado de recursos de las burocracias hacia los megaproyectos y los programas sociales del gobierno. Esa ha sido la lógica de los presupuestos en los tres años de este gobierno. En este contexto general, ¿por qué ha generado tanto debate el caso del INE y su recorte presupuestal?
El INE ha sido uno de los caballitos de batalla de AMLO. Muchas veces el presidente ha expresado su malestar en contra de esta institución, que ha sido factor importante en la transición democrática. La animadversión viene desde 2006, cuando un empate catastrófico generó un gran conflicto político en aquella sucesión presidencial; luego en 2012, volvió a cuestionarse la actuación del entonces IFE por fiscalizar mal el exceso de gastos de la campaña del PRI que llevó a Peña Nieto a la presidencia. La diferencia entre 2006 y 2012 fue una distancia mayor de votos entre Peña y AMLO, por eso el conflicto fue menor. Después vino la elección en el Estado de México en 2017 y tampoco se evitó la transferencia de recursos de recursos públicos al PRI. Estos casos le dan armas a AMLO para cuestionar al INE. Además, en las elecciones intermedias pasadas hubo dos candidaturas de Morena que la autoridad electoral anuló, Michoacán y Guerrero, lo cual fue muy mal visto por el régimen. En suma, AMLO critica a los organismos autónomos porque -supuestamente- son muy costosos y no hacen bien su trabajo.
Está muy bien que se cuiden los recursos públicos, que se cierren las llaves de la corrupción y el dispendio; es adecuada la austeridad, hasta cierto nivel. Sin embargo, también hay excesos y efectos negativos que tienen como consecuencia incumplir con las funciones del Estado. Se han destruido capacidades importantes para el desarrollo del país; el cierre de muchas áreas y los recortes impiden operar con eficacia en el sector público. Ya sabemos que México es un país con una recaudación fiscal débil, lo cual vuelve muy vulnerable al Estado frente a las necesidades de desarrollo. Con un gobierno que se dice de izquierda, era esperable que se hiciera una reforma fiscal progresiva, pero hasta la fecha no ha llegado y sólo se han hecho ahorros, mejoras en la recaudación y acuerdos para que las grandes empresas paguen sus impuestos. Mientras tanto, la austeridad, la concentración de recursos en las obras y las transferencias sociales han cambiado las políticas de gasto del gobierno.
El presupuesto para 2022 se aprobó sin cambiarle un solo número, como se hace cuando hay partido dominante, antes lo hizo el PRI y ahora lo hace Morena. El INE tuvo un recorte de 26%, si tomamos los recursos de la institución sin el dinero que va a los partidos políticos. Es un porcentaje muy importante, sobre todo ahora que viene la revocación de mandato. Prácticamente se recortó el dinero para hacer este ejercicio revocatorio. Se han querido leer las palabras del ministro Zaldívar, presidente de la SCJN, como un mensaje al INE. La declaración es que los recortes presupuestales no pueden ser pretexto para dejar de cumplir con las funciones institucionales. Al poder judicial se le recortó alrededor de un 3%, pero ¿qué hubiera dicho el ministro si al Poder judicial le hubieran recortado el 26%? Por más ahorros que se hagan, se bajen los sueldos en el INE y se apliquen los recursos de sus fideicomisos, parece que los números no dan para hacer una revocación presupuestada en 3, 830 millones de pesos.
AMLO y el INE están en una lógica de callejón sin salida. Ahora la SCJN tendrá que resolver el litigio. Veremos muy pronto cuál es el escenario que viene…
@AzizNassif
