En la columna anterior usamos la metáfora del hombre de la Tabla Periódica para representar el grado de contaminación ambiental de nuestra región. En la que por cierto faltó agregar al uranio que en la víspera se comunicó en este mismo diario de su presencia en el agua subterránea. Sin duda un dato alarmante que merece darle seguimiento científico para que no queden dudas de los riesgos que representa este nuevo contaminante del agua subterránea. ¿Qué otras sorpresas nos esperan? Se trata ya de un problema tecnológico el poder examinar a mayor profundidad el impacto del extractivismo.
Mientras esto sigue su curso, pensemos y hagamos conciencia de la tragedia que significa vivir en un medio ambiente tan contaminado.
Cuántos de nuestros derechos naturales, inherentes y esenciales en nuestra vida han sido violentados: el derecho a respirar un aire limpio, sin contaminantes. El derecho al agua en cantidad y calidad suficientes. El derecho a alimentos sanos y seguros. Derechos naturales fundamentales que se asocian estrechamente con el derecho a la salud o a una vida sana.
En general, el derecho a un medio ambiente sano ha sido consignado en el artículo 4º Constitucional, que en resumen dice: "Toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar. El estado garantizará el respeto a este derecho. El daño y deterioro ambiental generará responsabilidad para quien provoque en términos de lo dispuesto por la ley…El medio ambiente, como elemento indispensable para la conservación de la especie humana, tiene un carácter colectivo y, por lo tanto, se trata de un bien público cuy disfrute o daños no sólo afectan a una persona, sino a la comunidad en general. Por lo cual, su defensa y titularidad debe ser reconocida en lo individual y en lo colectivo."
Pero ¿cómo vivimos colectivamente nuestra crisis? ¿Qué relación se presenta entre los que contaminan y los que somos contaminados? Unos y otros sabemos lo que ocurre, pero no cambia nada y aunque la violación del artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es flagrante la apariencia es que nadie es responsable o peor aún, que aquí no pasa nada. Quizás la explicación se encuentre en otro terreno: el concepto de modo vida imperial basado en el sacrificio, de los influyentes Sociólogos Alemanes Ulrich Brand y Markus Wissen del cual se deriva la siguiente aseveración: a mayores sacrificios, mayores beneficios para las grandes compañías. En palabras usadas comúnmente en la actualidad, podríamos decir: que esta es la lógica del Neoliberalismo.
Otro sociólogo también Alemán de la Universidad de Múnich Stephan Lessenich propone el concepto de "Sociedad de la externalización", el cual, si bien se definió para un contexto mucho más amplio, es factible aplicarlo a lo que sucede en nuestra sociedad: explica Lesenich que las grandes compañías están constantemente creando externalidades que son transferidas como costos ambientales a otros y además son invisibilizadas. Es decir, te contamino constantemente y no te das cuenta.
Esto por fortuna ya no podrá ser aquí invisible, gracias a que el Programa de Investigación e Incidencia en el tema de Salud y Medio Ambiente puso en la palestra pública sus principales resultados. Será muy difícil olvidar sus datos y tendencias que nos pintan un horroroso panorama en el tema de la salud. Lo que nos lleva a considerar las siguientes propuestas: crear un organismo regional de Epidemiología Ambiental y Salud que se encargue permanentemente de darle seguimiento a la contaminación de aire, suelo y agua. Ampliar la infraestructura verde y en paralelo la infraestructura azul que además de atrapar la basura microscópica que respiramos, tendría un efecto de enfriamiento en los peores momentos de las olas de calor y se evitarían inundaciones. Plantear a través de nuestros diputados la necesidad de disminuir los estándares de contaminación por material particulado PM2.5 y PM10. Y finalmente regular la extracción de lo que queda de agua subterránea.