(ARCHIVO)
La Unión Europea advirtió este domingo a las autoridades de Kosovo y Serbia del peligro de la "retórica incendiaria" de sus líderes después de que el presidente serbio haya acusado a su homólogo kosovar de estar preparando la matanza de serbios del norte de su país y el primer ministro de Kosovo haya evocado la posibilidad de que Serbia le declare la guerra.
"Los políticos de alto nivel de las dos partes serán responsables de cualquier escalada que conduzca a un aumento de las tensiones y, potencialmente, de la violencia en la región", incidió en un comunicado un portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior, que consideró estas declaraciones un "motivo de gran preocupación".
"Ambas partes deben poner fin inmediatamente a las hostilidades mutuas y a las declaraciones peligrosas y actuar con responsabilidad", añadió el portavoz.
Bruselas confía en que el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, y el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, puedan abordar "estos difíciles temas" en la reunión que ha convocado el alto representante de la Unión Europea para los Asuntos Exteriores, Josep Borrell, para el próximo 18 de agosto en la capital comunitaria.
"Alcanzar un acuerdo global jurídicamente vinculante sobre la plena normalización de las relaciones (...) requiere un clima que contribuya a restablecer la confianza, la reconciliación y las buenas relaciones, en el que se respeten y apliquen plenamente los acuerdos pasados, y en el que no tengan cabida acciones y declaraciones que no sean compatibles con el interés general y los objetivos estratégicos de la región", incidió el portavoz.
Las últimas tensiones en la frontera entre Serbia y su antigua provincia, autoproclamada independiente en 2008, han encendido las alarmas de la comunidad internacional, motivando la mediación de Estados Unidos y la UE y poniendo en alerta a la KFOR, la operación de mantenimiento de la paz de la OTAN en Kosovo.
Kosovo tenía previsto empezar a aplicar el pasado 1 de agosto una anunciada prohibición del uso de documentos de identidad y matrículas de Serbia en su territorio, lo cual llevó a bloqueos de los pasos fronterizos y las carreteras.
Tras mediar la UE y Estados Unidos, Pristina accedió a aplazar un mes la entrada en vigor de las medidas restrictivas, que iban en la línea de otras decisiones que en los últimos meses han hecho incrementar la presencia de fuerzas de seguridad en la frontera.
Kosovo proclamó en 2008 una independencia que Belgrado no reconoce y que ha sido apoyada por Estados Unidos y la mayoría de los socios de la UE, pero no por Rusia, China, India, Brasil o España, entre otros Estados.
