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Sucedió en la calle Leona Vicario de Torreón (PARTE II)

IDOIA LEAL BELAUSTEGUIGOITIA

Así que mientras el amigo, se fugaba de los revolucionarios, el tío Domingo no movió ni una ceja cuando le destrozaron los colchones de las habitaciones del primer piso ni cuando le rompieron las macetas de las ventanas que asomaban a la avenida Matamoros. Bajaron presurosos hacia la sala, pero ahí no había nadie. Nomás él y su esposa Carmen. 

La cocinera frente al fogón con cara de yo no fui. El tio muy cortés les mostró la puerta principal antes de que la destrozaran a golpes como hicieron con lo que encontraron en las habitaciones superiores.

Muy educados los uniformados se despidieron con un disculpe asté las molestias mi General, pero cumplimos órdenes.Sin embargo, Domingo era un respetable militar1,  él no tenía nada que esconder y pasen pasen por aquí y así los condujo inmediatamente a que subieran por  las hermosas escaleras decoradas con frescos en los muros para que éstos subieran mientras el amigo se evaporaba por la puerta trasera de la planta baja.

Esa fue la anécdota sobre un amigo que Domingo López salvó en esos años tan agitados de la revolución. Eso nos contaba mi abuelita, cuando se acordaba de la casa donde ella nació.Domingo López, construyó la casa como regalo de bodas para su esposa Carmen Galindo Almague, oriunda de Sabinas Coahuila, ella era la hermana de mi bisabuela.

Domingo era tío de mi abuelita Consuelo Garza Galindo (1921-2011).

 Por eso, le tengo especial cariño a la casa ubicada en la esquina de Av. Matamoros y calle Leona Vicario en el centro de Torreón. 

"Nací  en la casa de mi tío Domingo porque mi mamá Petrita Galindo Almaguer y mi papá Manuel Garza habían venido a pasar una temporada a Torreón. Mi mamá tuvo un aborto y estaba muy triste. Cambiar de aires será lo mejor- les había aconsejado  su cuñado Domingo invitándolos  a la hermosa y naciente ciudad de Torreón.

Ahí podría Petrita descansar y disfrutar de la compañía de su hermana Carmen" - me contó mi abuela.

Mi bisabuelo Manuel trabajaba en la cervecería en Sabinas, pero su cuñado Domingo lo convenció de que se quedaran a vivir en Torreón y hasta le prestó dinero para que él pudiera empezar su propio negocio. Entonces, Manuel con la ayuda de Domingo  compró una tienda de abarrotes que se llamaba El peso quebrado,  era de unos señores de Michoacán, que son ancestros de mi querido amigo el pintor Pepe Valdés Peres Gasga.

Entonces hace 100 años fue así como mi bisabuelo Manuel se convirtió en propietario de los abarrotes al que puso el nuevo nombre de Abarrotes La Campana, ubicado en la Avenida Allende casi esquina con Galeana, en la acera frente del mercado Villa. Una tienda de abarrotes muy bien surtida. Vendía especias, cubetas, escobas, pero también suculento vino tinto que llegaba del lejano Portugal en barco a Veracruz, también había hojas tabaco del sur de México y llegaban vagones de ferrocarril que se estacionaban en la Av. Allende  llenos de maíz y frijol que mi bisabuelo Manuel le compraba al comerciante el señor Don Celso Garza, quién en esos años compró al arquitecto Federico Wullf la casona que hoy es museo.

La casona de la Tintorería California luce con más esplendor que nunca1. Exactamente mi abuelita Chelo cumpliría 100 años en febrero de 2021 y es en esta fecha que la casa ha sido restaurada, vaya a darse Usted una vuelta por ahí. Queda muy cerca de la Plaza Mayor.

Lamentablemente, mi bisabuelo murió joven y su tienda de abarrotes La Campana y el Mercado Villa  no existen más, este último fue demolido hace algunos años, cuando se hizo el nuevo edificio de la presidencia municipal en la que hoy llamamos Plaza Mayor.Pero eso ya es otra historia.

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