Corría el año de 1996 cuando el presidente de la Asociación Lagunera de Beisbol, Raúl Héctor Parra Monsiváis, dio la voz de alerta, Rafael Villegas Attolini, alcalde de Gómez Palacio, pretendía convertir el Estadio Rosa Laguna en escenario del futbol soccer. Las ligas infantiles y de otras categorías se manifestaron con plantones y el problema creció como bola de nieve; la decisión estaba tomada y solo faltaba la aprobación del cabildo, para que aquella nefasta acción se concretara; pero a Raúl Parra lo apoyó Jesús Ibarra Rayas, líder de la CTM en la vecina ciudad, y el escenario inaugurado en 1937 sigue como campo de beisbol.
Parra Monsiváis acudió con el alcalde de Gómez Palacio a solicitar se diera marcha atrás, pero la negativa fue contundente, un poderoso grupo de empresarios estaba dispuesto a llevar ahí un equipo profesional de futbol en el estadio de beisbol, deporte que se encontraba en total abandono, según la autoridad municipal en aquel tiempo. Hasta el negocio de Raúl Héctor Parra llegaron dos personas para exigir, en forma amenazadora, que se pararan los plantones, pero José Luis Chavira estaba presente, y en calidad de aficionado al beisbol y miembro de la Policía Judicial, pidió se terminaran las amenazas.
El mismo día que Raúl Parra visitó a Villegas Attolini, encontró casualmente al líder de la CTM en Gómez Palacio, Jesús Ibarra Rayas, a quien platicó el problema, a partir de entonces ese personaje se convirtió en pieza fundamental para salvar el estadio. Ibarra Rayas dio indicaciones para que los regidores de la CTM votaran en contra, pero se necesitaban tres votos más para hacer mayoría, se hizo la labor, y la propuesta fue rechazada, por lo que el Estadio Gómez Palacio se mantiene hasta la fecha como escenario del beisbol.
El colega César Acosta fue el encargado de dar la noticia a Raúl Héctor Parra Monsiváis, la propuesta para tener ahí un campo de futbol, había sido rechazada por mayoría; el Rey de los Deportes salía airoso de una batalla que estuvo muy cerca de perder, pero gracias al apoyo incondicional de la gran familia beisbolera, llegó el triunfo; mencionar a los pequeños beisbolistas que encabezaba Ricardo "Nonis" Nevárez, quienes con su presencia en los plantones fueron importantes en la defensa de su estadio, escenario de ligas locales, Liga Mexicana de Beisbol, y de un Juego de Estrellas, en 1974.
El Estadio Carrizo fue inaugurado el 30 de noviembre de 1937, posteriormente se le conoció como Estadio Rosa Laguna, y actualmente Estadio Gómez Palacio; como auténticos peones, carretilla en mano, en la construcción participaron los padres de Jesús Ibarra Rayas y Raúl Héctor Parra Monsiváis; hoy las condiciones no son las mejores por falta de mantenimiento, pero ésa deberá ser prioridad para el próximo gobierno de Gómez Palacio, porque los espacios deportivos son aliados para tener una sana niñez y juventud.
Ya con más de ocho décadas de vida, Raúl Héctor Parra Monsiváis atiende su negocio, fuera del beisbol pero ligado como asesor de muchas personas que acuden en busca de una orientación. Como jugador lanzó un juego perfecto y un sin hit ni carrera, como directivo encabezó la Liga Lagunera, la Obrero Estudiantil, la Asociación de La Laguna y la Vicepresidencia de Zona, de la Federación Mexicana de Beisbol; en 1995 trajo a Torreón el Congreso Anual de dicha federación, el cual fue un éxito, gracias a la colaboración de otro gran hombre de beisbol; Rodolfo Ayup Sifuentes; vaya para ambos el sincero reconocimiento.
