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RAÚL MUÑOZ DE LEÓN

HIGINIO: PERIODISTA COMPROMETIDO

Sesenta y seis años de ejercer un periodismo limpio, transparente, honesto y veraz. Así puede calificarse el trabajo periodístico que por más de medio siglo practicó Higinio, quien a muy temprana edad se incorporó a las filas de El Siglo, para hacer del oficio una profesión.

Es del tipo de personas de las cuales no es necesario decir sus apellidos para saber de quién se trata; es suficiente mencionar su nombre para identificarlas inmediatamente. De carácter jovial y optimista, tenía el carisma que le ganaba de forma inmediata la simpatía de su interlocutor; pero desempeñando su trabajo esbozaba una sonrisa entre irónica y sarcástica que sacaba de control a quien entrevistaba.

Higinio fue un periodista profesional comprometido con las mejores causas de la comunidad lagunera, especialmente con las de Gómez Palacio. Defendió apasionadamente desde las páginas de El Siglo de Torreón, la lucha emprendida por exalumnos y los exdirectores de Instituto "18 de Marzo" en su afán de lograr que se convirtiera en Universidad, fustigando la poca seriedad del gobierno del Estado de Durango por haber expedido un decreto de creación de la Universidad "18 de Marzo" de La Laguna, y a los nueve meses emitir otro decreto que derogaba sin justificación alguna, el que creaba la institución universitaria, con la consiguiente irritación de la comunidad estudiantil y la inconformidad de los habitantes de Gómez Palacio.

Todavía éramos estudiantes, algunos de secundaria, de preparatoria otros cuando tuvimos oportunidad de conocerlo, y desde entonces hasta su lamentable fallecimiento, lo vimos como un periodista socialmente comprometido. No fue un simple reportero, o mero redactor de notas: fue un auténtico periodista que hizo de la verdad su mejor arma. Su actividad le permitió tener contacto con mucha gente, de la que ganó su afecto y su respeto, gente a la que él mencionó en sus reportajes y su trabajo periodístico, señalándole errores y defecto, cuando los hubo, pero igualmente sus puntos positivos, haciendo crítica de los diferentes aspectos de su vida y de su desarrollo laboral y profesional; sin embargo, las mismas personas por él criticadas, le demostraban de varias maneras el reconocimiento a su labor, por eso gozó siempre del afecto de políticos, funcionarios, empleados, servidores públicos y de la iniciativa privada, los que están vigentes y los ya retirados.

Debuta como reportero novel entre 1958 y 1959 a la muerte de Rodolfo F. Guzmán, quien cubría la fuente de Gómez Palacio y Lerdo, de la que Higinio se hizo cargo a la edad de 21 años. Con decisión, coraje y responsabilidad asumió esta tarea porque hay que decir que no contaba con antecedente en el campo periodístico, pero venciendo temores, superando riesgos y exponiendose a lo desconocido logró salir adelante

Incursionó con éxito en el escabroso campo de reportero, buscando la verdad sin esperar que ésta llegara a él, sino yendo hasta el lugar de los hechos por lejanos que estuviesen o por peligrosos que fuesen para tener bien informado al público de manera clara, real y objetiva, haciéndolo siempre con verdad, sin alteración de los hechos o deformación de los personajes en la noticia involucrados.

En el mes de julio de 2019 logré que me concediera una plática para conocer datos de su personalidad y de su trabajo, después de mucho solicitársela, pues me decía "para que lo quieres, Raúl, a nadie le puede interesar lo que soy o lo que hago; no insistas". Así era de humilde y modesto. Pero obtuve su anuencia y charlamos frente a una tasa de café durante varias horas.

Cubrió una larga etapa como reportero de El Siglo de Torreón, de 1958 a 2001 y en ese extenso periodo de activa vida laboral, informó sobre eventos importantes que impactaron o fueron motivo de asombro en la sociedad lagunera, acontecimientos como la Explosión de Guayuleras, en septiembre de 1955; la inundación por el desborde del Río Nazas en septiembre de 1968 que afectó a las colonias Las Rosas, El Campestre y sobre todo a la Colonia Santa Rosa de Gómez Palacio. En este último fue testigo y narrador de los trabajos realizados para levantar un bordo de costaleras en la carretera a Nazareno, a fin de detener el paso del agua.

También cubrió la información de aquel curioso evento de intoxicación colectiva que se dio en el municipio de Nazas, Durango, en el que los invitados a una boda consumieron la sabrosa "barbacoa" que se sirvió, resultando a la postre 300 personas intoxicadas con el típico platillo, provocando una urgente y rapidísima movilización de médicos, enfermeras y ambulancias de Gómez Palacio y Lerdo.

Sucesos de carácter local fueron noticias que cimbraron a la población lagunera, cubiertos por este periodista lagunero en las páginas del Diario Defensor de la Comunidad, como fue el rescate de El Puente de Ojuela del municipio de Mapimí, que estaba a punto de desplomarse, así como las tareas de restauración, durante los gobiernos de José Ramírez Gamero y Maximiliano Silerio Esparza.

Una vida pletórica de acontecimientos sobresalientes y rutinarios es la del personaje que hoy reseñamos, a lo largo de la cual cultivó amistad y llevó buena relación con personas de todos los sectores. Incansable como era, ya jubilado abrió una nueva columna con el título de Anécdotas en la que narraba con un estilo ameno sus experiencias vividas. Recientemente fue reconocido con el Premio Estatal de Periodismo en el género de Reportaje, otorgado por el Gobierno del Estado de Coahuila.

Su partida nos dolió y sigue doliéndonos. Lo recordaremos siempre con cariño como un periodista comprometido.

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