Al arrancar durante la tercera semana del pasado mes de abril la temporada número 96 de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), el circuito deportivo profesional más antiguo del país, los 18 equipos participantes entregaron oficialmente sus respectivos rosters de jugadores. 17 de éstos quedaron integrados por treinta peloteros cada uno y el otro, Saraperos de Saltillo, por 28. Suman en total 538 los integrantes de todos los equipos. De este número más o menos la mitad son pitchers y la otra mitad jugadores de posición.
De la suma de 538 peloteros, 221 son nacidos en el extranjero y los restantes 317 en territorio nacional.
Por entidades de origen, la procedencia de los nacidos en suelo patrio es la siguiente: 82 de Sinaloa y, por curioso que parezca, exactamente el mismo número (82) de Sonora. La suma de ambos estados equivale al 52 por ciento del total. Este significativo empate se viene presentando -con ligeras variantes- desde hace años entre Sonora y Sinaloa, por lo que no es una novedad. Como tampoco lo es el porcentaje que los dos estados suman del total, de poco más del 50 por ciento. Es algo que se observa desde hace varias décadas.
Los estados que siguen son: Baja California con 36, Jalisco con 16, Nuevo León con 15, Veracruz 13 y Nayarit 11. Este último, sin duda, el estado más beisbolero del país en términos relativos.
Continúan, con menos de dos dígitos, así: Coahuila 9, Yucatán 7, Baja California Sur y Chihuahua con 5 cada uno. Con 4 Oaxaca, Guanajuato, Tamaulipas y Puebla, también cada uno. Con 3 Estado de México, Michoacán, San Luis Potosí y Tabasco, cada uno. Con 2 Aguascalientes, Campeche y Ciudad de México, cada uno. Y con solamente un jugador aparecen Quintana Roo y Durango (en este último caso se trata de Ricardo Serrano, de Ciudad Lerdo, que juega para Saraperos de Saltillo, por cierto, también el único lagunero).
En resumen, los 317 beisbolistas nacidos en territorio nacional que esta temporada 2022 iniciaron jugando en LMB, proceden de 24 de las 32 entidades federativas del país. Difícilmente hay otro deporte profesional que tenga tan diversificado el origen de sus jugadores como el beisbol. Ello a pesar de la alta proporción que del total representan, como ya vimos, dos estados, a saber: Sonora y Sinaloa.
ANÁLISIS
La clave de este jueguito llamado beisbol es el pitcheo. Con irónica sabiduría lo dijo alguna vez el gran Yogui Berra: El éxito en el juego de pelota está en un 85 por ciento en el pitcheo, y el otro 50 por ciento en el bateo.
Hasta antes del juego de hoy martes, de las tres series que van (9 juegos), el equipo de casa, Unión Laguna, lleva dos series en gira, perdidas ambas, una de éstas por barrida ante Tecolotes de los 2 Laredos el pasado fin de semana, y la otra en gira, también perdida fue la Inaugural, ante Saltillo. La única serie como local la ganó UL a los Sultanes de Monterrey aquí.
De los nueve juegos celebrados hasta ahora (ya la décima parte de la temporada), Unión Laguna ha ganado solo tres y perdido seis. La mitad de las derrotas, es decir, tres, han sido por diferencia de una sola carrera, de los cuales al menos dos se debieron haber ganado, pero el pitcheo de relevo fue un desastre. Otro encuentro se perdió únicamente por dos carreras.
¿Qué ha fallado? Sin duda el pitcheo. De la rotación de abridores dos de los lanzadores, Rafael Pineda y Jordan Kipper, no han ganado un solo juego y sus números en cuanto a promedio de carreras limpias admitidas por cada nueve entradas son de 27.00 y 8.31, respectivamente. De pilón, el pitcher preparador Jenrry Mejía ha sido el causante de dos de los seis descalabros y su promedio de carreras limpias admitidas es nada menos que de ¡13.50! Así, imposible ir bien en la tabla de posiciones. Antes de que pase más tiempo y sea ya demasiado tarde, procede apretar tuercas. ¿Qué tienen que decir los coaches de pitcheo y de bullpen?
