El 'Gigante de Caborca estuvo presente en el Festival Deportivo Ecuestre

La música country retumbó en el Lienzo Charro El Pitayo, en Querétaro, una de las sedes donde se desarrolló la segunda etapa del Festival Deportivo Ecuestre, y donde se dieron cita los mejores exponentes. Uno de ellos, Aldo Garibay Olachea.

Su destacada trayectoria fue reconocida por Ana Gabriela Guevara, directora general de la CONADE, quien se dio cita a las competencias.

Garibay se hizo en los ranchos en medio de vaquillas y becerros. Aún recuerda que en su niñez comenzó a lazar cabras y uno que otro borrego mientras Don Sergio, su padre, se perdía entre caballos y un montón de pastura.

Para Aldo Garibay, estar inmerso en el deporte “es su pasión”, ya que no hay momento que no haya charlas de vaqueros. “Esto es mi vida”.

Fue en 1993 cuando pasó de ser un vaquero de casa a uno de talla nacional, él y su hermano, fueron a competir a Nuevo León, donde gracias a sus aptitudes impusieron su talento, fueron el orgullo de su padre, que los mandó a Estados Unidos a pulir esa capacidad de dominar los astados con el lazo.

En la llamada Unión Americana, tuvo la suerte de conocer a George Aros, un vaquero de alto calibre de quien aprendió los secretos para aventar la cuerda con precisión.

Y es que en 1981, Aldo Garibay se convirtió en monarca nacional; entre 1994 y 2004, fue el mejor pialando (suerte que se hace con el lazo) que, a la postre, lo llevó a ser cabecero. Es sin duda un referente del rodeo en México, ha participado en las prestigiosas justas como en el Rodeo Internacional de Barretos, Brasil, en donde se llevó lo honores.

En el 2005 fue campeón en high point en las finales regionales del USTRC en Alburquerque, entre otros logros.

Garibay mostró orgullo de lo que ha hecho en estos 20 años, conocido en el medio del rodeo como: el “Gigante de Caborca”, debido a su estatura.