ESPECIAL
La Diócesis tanto de Gómez Palacio como de Torreón, lamentaron los hechos ocurridos en la comunidad de Cerocahui, Chihuahua en donde dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados por un grupo armado.
José Luis Escamilla Estrada, vocero de la Diócesis de Torreón, dijo que la ola de violencia es lo último que debe de pasar en la sociedad.
Con ello recordó que hace una semanas se estaba dando el último adiós al padre José Guadalupe Rivas Saldaña en Tijuana, Baja California, así como la muerte de un niño en una iglesia en Fresnillo Zacatecas, hechos que indican que todos "estamos expuestos".
Cada evento que se registra de dicha naturaleza, hace recordar los tiempos de violencia que se vivieron hace más de 10 años no solo en la región sino en gran parte del país.
Es por ello, que el vocero de la Diócesis de Torreón, pide a las autoridades sobre todo estatales mantener ese "blindaje" que se ha tenido en la entidad y que ha impedido que la violencia regrese como hace años.
"Cada evento que sucede nos recuerda que estamos expuestos todos y nuestro estado de Coahuila que ha estado blindado, el riesgo está latente, a las autoridades sigan cumpliendo su misión, su responsabilidad, por el bien de la sociedad por la seguridad de todos; penosamente la violencia arrasa con todos, niños, mujeres, sacerdotes, la cultura de la muerta es dañina, estamos hechos para la vida. Gracias a Dios no hemos llegado al grado que vivimos", dijo Escamilla Estrada.
Por su parte, el vocero de la Diócesis de Gómez Palacio, el vicario Arturo Macías, aseguró que la violencia no solo no se ha ido sino que ha ido en aumento.
Dijo que es un tema que hay que abordar desde el interior de cada familia, puesto que la violencia se ha presentado de diferentes formas.
