El admirado maestro Marcos que las había vivido todas, sugería a sus seguidores "alguna vez, calcen los zapatos de los chicos heridos o derrotados en el terreno de juego. Traten de hacer suya su desilusión". Se hizo el intento. Mientras unos preferían la fibra nerviosa de la pasión y cortaban cabezas, otros entendimos que el autoconocimiento y el sendero de la derrota, son dolorosos y en el recuento de los daños hay un compromiso de autocrítica, responsabilidad, dignidad y valentía.
Delante de la imaginación se extiende una gran oscuridad, que es la de los extremos de la naturaleza humana y la de nuestros límites de la capacidad de comprender. Con el estadio lleno de esperanzados guindas, la tropilla de Orantes hizo cuanto pudo. Fue poco ante Laredo que los despachó en cinco juegos. Fueron tristes los últimos episodios cuando fueron devorados 15-2 y luego el desfile de millares a la calle y los peloteros al dugout para esconder todas sus lágrimas.
No tuvo UL a caballos abridores como los de la nostalgia en el suspiro (Pollorena, Lupe Salinas, Enrique Romo) ni un cuarto bat de poder. Una experiencia para la gente que maneja al club y un viaje a las ligas invernales de gente que lleva cada cual su propio catálogo de agravios. Cada pelotero sabe lo que hizo o dejó de hacer. El éxito es juguete del diablo y agua en el desierto.
Enfrente, el joven Fentanes sabe perfectamente que su equipo fallece cuando va de visita. Compite porque le sobra coraje pero está ajeno a dominar un estilo que lo torne consistente. Va y toca puertas, trabaja y transpira pero debe alternar esas virtudes con futbol más claro y definido. El domingo tuvo chances que se dejaron ir. Aguantó cuanto pudo, con Carlitos siempre de héroe, pero no aprovechó la expulsión del descarado Carioca y fue vencido por dos chispazos individuales.
No es por ser maestros de la curiosidad pero algo falla en el grupo de Fentanes. Se supone que los extranjeros vienen porque son mejores que los nacionales, entonces ¿Por qué Pizzichillo, Harold, Domínguez y Leo Suárez están de suplentes siendo tan costosos?. Santos Laguna vive en parajes de sombras hostiles. Es como el poeta que muere lentamente al evitar una pasión vibrante
Da la impresión en general que el mundo se pone al revés. Lo que vimos en el Cruz Azul-Toluca es indecente. Lo mostrado por el VAR y por el árbitro Fernando Hernández no se puede creer, pues tienen tecnología burlada y gente nada confiable, son como artistas que se separan de sus personajes. Igual ocurre con el DT Tigre, Mr. Herrera, que desaprueba tarjetas en su contra si todos vimos los codazos del brasileño Carioca a Gorriarán. Eso es negar la realidad y crear otra, la suya.
Es una tendencia muy actual, que la prosperidad de los proyectos por la destrucción de la verdad pueda evocar un mundo falso, pero adecuado a las necesidades de la mente. Y eso lo vemos en todo el panorama de la sociedad, sin entender que hace tiempo invadió al deporte. Lo han convertido en una mascarada fastidiosa, con imágenes donde uno quisiera apartar los ojos.
