Dos temas están candentes en el Congreso de la Unión: la aprobación de la Ley de Ingresos para el año 2022, que ya ha sido aprobada en la Cámara de Diputados y que ahora pasa al Senado para su aprobación o modificación, y por supuesto está sobre la mesa la propuesta del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre reformar el marco jurídico aplicable en lo que al sector eléctrico nacional se refiere.
En cuanto a la ley de ingresos, los diputados estiman que el proyecto de Ley Federal de Ingresos, propuesto por la Secretaría de Hacienda, estima un crecimiento económico del país de 4.1 % para el ejercicio fiscal 2022; un tipo de cambio de pesos por dólar en 20.3; y una plataforma de producción de petróleo crudo en mil 826 miles de barriles diarios, con una estimación del precio acumulado del barril del petróleo crudo de exportación de 55.1 dólares.
En el dictamen se explica que de los 7 billones 88 mil 250.3 millones de pesos por concepto de ingresos estimados, 3 billones 944 mil 520.6 millones de pesos corresponden a Impuestos.
Asimismo, 411 mil 852.5 millones de pesos corresponden a Cuotas y Aportaciones de Seguridad Social; 32.6 millones de pesos, a Contribuciones de Mejoras; 47 mil 193.5 millones de pesos, a Derechos; 7 mil 918.8 millones de pesos, a Productos; 184 mil 864.7 millones de pesos, a Aprovechamientos; 1 billón 205 mil 324.3 millones de pesos, a Ingresos por Ventas de Bienes, Prestación de Servicios y Otros Ingresos.
También serán 370 mil 928.1 millones de pesos a Transferencias, Asignaciones, Subsidios y Subvenciones, así como Pensiones y Jubilaciones; y 915 mil 615.2 millones de pesos a Ingresos Derivados de Financiamientos. Asimismo, se concuerda con la estimación de una recaudación federal participable por 3 billones 728 mil 987.5 millones de pesos.
Números estratosféricos para cualquier ciudadano común, pero en este paquete billonario que ahora estima sobrepasar los siete billones se encuentran, claro, las transferencias que se les hacen a las entidades federativas, así como a los municipios; así entonces, lo primero que se debe observar es que si se divide el proyecto de ingresos entre la población completa de México (131,438,521 habitantes), nos toca por cada mexicano una contribución de 4,494.02 pesos mensuales. Caray, en un promedio de 3.5 miembros por familia en el país, que da un ingreso de $ 15,729.07 familiarmente, parece que nuestra añeja corrupción da cuenta de la terrible injusticia en la que viven millones de ciudadanos. Con 15 mil pesos mensuales se podría vivir mejor que una inmensa porción de nuestra sociedad (nota aclaratoria: por supuesto el siquiera plantear la entrega directa del presupuesto federal a los ciudadanos es un verdadero disparate, pero sirve como ejercicio para darse un orden de magnitud, lo que significa más de 7 billones de pesos de ingresos).
Hay que señalar que esta es la cuarta ley de ingresos que comanda el presidente López Obrador. Con su aplastante triunfo en el verano de 2018 se hizo de la mayoría absoluta del Congreso, donde tomó posesión el 1 de septiembre de aquel año, con lo que han sido responsables del manejo de las arcas federales de los ejercicios de 2019, 2020, 2021 y ahora esta propuesta de 2022.
Podría, claro, criticársele muchos puntos, pero por cuarta ocasión la 4T presenta un presupuesto de ingresos razonable y equilibrado que ha permitido un control inflacionario (aunque en los últimos meses circunstancias externas como la pandemia y el disparo en el precio del gas a nivel internacional están presionando los precios al alza) que ha salvaguardado el nivel de compra de los salarios mexicanos. Sin embargo, es necesario precisar que el Gobierno de Andrés Manuel también contrae deuda pública. Para 2022 se tiene contemplado pedir prestado hasta 850 mil millones; quiere decir que el 12 % del ingreso del Gobierno federal provendrá de deuda (¿no que no?).
Hay que reconocer plenamente al licenciado López Obrador su disciplina fiscal. Con el poder que él tiene podría haberse embarcado en un endeudamiento irresponsable en aras de repartir mucho más dinero de lo que ya hace para alimentar a su base de votantes, y no lo ha hecho.
Más allá de los yerros que claramente comente en su Gobierno, el orden que observa con la tesorería debe ser objeto de valoración de un hombre de poder con responsabilidad.
Es una pena en cambio su propuesta de reforma energética. Ojalá que como es de congruente y responsable en lo fiscal lo sea en otras áreas y entre en razón. Al pasar los pocos meses sabremos qué camino tomará.
