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YAMIL DARWICH

Es de reconocer la alta capacidad de maniobra política que tiene el presidente López; evidente que sus largos años de sobrevivir entre "grillos y grillas" le ha dejado una experiencia sobrada para poder desenvolverse en escenarios diversos, incluso aquellos que le aparecen como adversos.

Desafortunadamente, de pronto y ante su poca capacidad empática y estados emocionales extremos, explota ante las adversidades, restándole aceptación. Desaconsejado contrariarlo en criterios y opiniones, incluso en citas históricas y poco recomendado entorpecer sus voluntades.

Esa polaridad de personalidad limita en mucho su capacidad política, que es evidente cuando se aplica correctamente y para ello le propongo dialogar dos casos:

Primer ejemplo: "Agua saludable para La Laguna".

Ante la evidente urgente necesidad de atender la contaminación y carencia del líquido en La Laguna, AMLO supo responder, ofreciendo soluciones con un presupuesto de 10 mil millones de pesos; sin duda, sobrevivir es un argumento que nos mueve.

La propuesta fue construir una planta purificadora en el Río Nazas, altamente cuestionada por su localización, que según se explicó profusamente, dañaría a la reserva ecológica, flora y fauna de una de las poquísimas áreas arboladas de la región.

Grupos opositores al proyecto, declarados defensores de la ecología, de inmediato manifestaron su inconformidad, hasta presentar recursos legales logrando un amparo que apoyaba la suspensión de la obra.

La respuesta presidencial fue clara, con la advertencia airada y plazo para cancelar el presupuesto ofrecido si no retiraban el amparo. El "estira y afloja" se dio, apareciendo alternativas que, al parecer, limaban diferencias.

Finalmente, Pro Defensa del Nazas y algunos agricultores de Lerdo, Durango, cedieron, aunque quedó en algunos laguneros sembrada la duda: ¿fueron convencidos o vencidos?

Lo cierto: autoridades de ambos estados, empresarios y ambientalistas de la región mostraron su beneplácito, más aún al conocer los apoyos en obra, seguridad, cuidado y reforestación ofrecidos, incluso la promesa de entregar dos vehículos que servirían para hacer eficientes a los desequipados guardias vigilantes.

El proyecto fue aprobado y los trabajos continuados; ahora vendrá el avance de obra y el resultado final que, según el propio presidente, será antes de terminar el 2023.

El otro asunto manejado con gran habilidad política fue en relaciones exteriores:

El "Diálogo de alto nivel" que se llevó a cabo este mes, propuesto para mejorar nuestras relaciones con EUA. Al parecer, ofrece oportunidades esperanzadoras de mejora, aunque no de erradicar nuestros problemas comunes.

Iniciando con la recepción en Palacio Nacional y dejando claros sus propósitos de cambios, el presidente les mostró nuestras evidencias de cultura e historia, dándoles un recorrido descriptivo de espacios, murales y reliquias; luego, enviados a trabajar en lo técnico, dejó en manos de Marcelo Ebrard, "arrastrar el lápiz", como se dice en la jerga administrativa.

Los mexicanos lograron buena parte de los objetivos, entre ellos dar por concluido el "Convenio Mérida" que, con el paso del tiempo y cambio de condiciones -para mal- se transformó en ineficiente. Quedó incierta la postura de no aceptar dinero y equipamiento, prefiriendo entendimiento, colaboración -recursos para repartir- y empatía.

Los detalles los conoceremos más adelante, aunque al parecer los recursos serán mayores y orientados al apoyo a los pobres, ayudándoles a encontrar formas de salir de su condición infrahumana, con una definición temporal de "paz, inversión y justicia" entre los dos países.

La maniobra política deja a AMLO, en medio del flujo de los beneficios y eso le ayudará a fortalecer su posición política personal y del Movimiento. Brillante.

Tal acuerdo también pudiera denominarse "Bicentenario", incluye presupuestos para la atención a los problemas de salud ocasionados por la drogadicción; buscar nuevos proyectos para eficientar la seguridad pública, atacando exitosamente a la violencia ejercida por narcotraficantes; atender la inseguridad de las fronteras entre los dos países y mejorar las condiciones económicas y de negocios entre las ciudades limítrofes; mejorar el control de armas ilegales -queda pendiente la demanda de México contra los fabricantes norteamericanos-; y combatir las redes criminales con base en abatir la corrupción y sus redes de financiamiento.

Los acuerdos son importantes y favorecedores para ambos países, especialmente el nuestro; el reto es cumplir con nuestra parte, particularmente el combate efectivo al narcotráfico y la corrupción desbordada. ¿Morirá: abrazos, no balazos?.

Es indudable que tenemos en la presidencia de la República a un político que obtiene resultados cuando se trata de administrar su conocimiento y habrá que reconocer el trabajo de Ebrard, quien no solamente cumplió con los deseos del jefe, además ha establecido una red de relaciones con los vecinos del norte que, sin duda, le permiten avanzar unas cuantas casillas en su propósito particular por obtener la nominación para la presidencia nacional.

"Una de cal por las que van de arena", aunque seguimos suspirando en ver buenos resultados en los otros desesperantes temas nacionales. ¿Qué opina?

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