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PREMIO NOBEL DE ECONOMÍA

Experimentan en el mercado laboral y ganan el Premio Nobel de Economía

Card, Angrist e Imbens suceden en el palmarés del premio a sus compatriotas Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson, galardonados el año pasado

Card ha realizado también importantes contribuciones sobre el impacto de los recursos de las escuelas en el futuro éxito de los estudiantes en el mercado laboral, demostrando que los resultados mejoraban en función de la densidad de profesores. (EFE)

Card ha realizado también importantes contribuciones sobre el impacto de los recursos de las escuelas en el futuro éxito de los estudiantes en el mercado laboral, demostrando que los resultados mejoraban en función de la densidad de profesores. (EFE)

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El Nobel de Economía reconoció ayer los análisis del mercado laboral de David Card y de las relaciones causales de Joshua Angrist y Guido Imbens, que han revolucionado la investigación empírica.

Card ha sido distinguido "por sus contribuciones empíricas a la economía laboral" y Angrist y Imbens "por sus contribuciones metodológicas al análisis de las relaciones causales", según el fallo de la Real Academia de las Ciencias Sueca.

Los tres galardonados norteamericanos han mostrado que los experimentos naturales pueden ser usados para responder a problemas como la influencia de los salarios mínimos y la inmigración en el mercado laboral, y han clarificado qué conclusiones se pueden sacar usando ese enfoque investigador.

"Los estudios de Card sobre cuestiones centrales de la sociedad y las contribuciones metodológicas de Angrist e Imbens han probado que los experimentos naturales son una fuente rica de conocimiento", señaló el presidente del Comité Nobel de Economía, Peter Frederiksson.

En análisis pioneros realizados a principios de la década de 1990, algunos con su fallecido colega Allan Krueger, Card se ocupó de temas clave en la economía laboral usando situaciones que partían de la vida real pero que recordaban a experimentos aleatorios.

Al contrario de lo que indicaban estudios anteriores, Card demostró que un aumento en el sueldo mínimo no tenía efectos negativos destacados en el empleo, bien porque las compañías podían transferir los mayores costes a los consumidores mediante una subida de precios o porque la subida podría atraer a más gente.

La masiva llegada de emigrantes cubanos a Miami (Estados Unidos.) en la década de 1980 fue la base de otro análisis de Card sobre cómo la inmigración afectaba al mercado laboral, comparando la evolución de salarios y del empleo en esa localidad y en otras cuatro similares.

Su conclusión fue que a pesar del notable aumento de fuerza de trabajo, no se produjeron efectos negativos en los habitantes de Miami con bajos niveles de educación: ni los salarios bajaron ni el paro aumentó en comparación con otras ciudades.

Card ha realizado también importantes contribuciones sobre el impacto de los recursos de las escuelas en el futuro éxito de los estudiantes en el mercado laboral, demostrando que los resultados mejoraban en función de la densidad de profesores.

Angrist e Imbens se ocuparon del problema de fijar una relación causal entre educación e ingresos y se preguntaron cómo usar un experimento natural para estimar los efectos de una intervención (un curso de informática, por ejemplo) cuando varían los efectos entre individuos y no hay control total de los participantes.

En un estudio de 1994 mostraron que es posible ver el efecto del programa aplicando un proceso de dos pasos (conocido como el método de variables instrumentales): el primero estudia cómo el experimento afecta la probabilidad de participar en el programa; el segundo considera esa probabilidad al evaluar el efecto del propio programa.

Su análisis no solo muestra con exactitud qué conclusiones sobre causa y efecto se pueden sacar de experimentos naturales, sino que es relevante también para experimentos aleatorios donde no hay un control completo sobre quién participa en una intervención, como ocurre en casi todos los estudios de campo.

"El marco desarrollado por Angrist e Imbens ha sido ampliamente adoptado por investigadores que trabajan con datos de observación. Clarificando los supuestos necesarios para establecer una relación casual, su marco ha aumentado también la transparencia y la credibilidad de la investigación empírica", destaca la Academia.

Card ha sido premiado con la mitad de los 10 millones de coronas suecas (980,000 euros, 1.1 millones de dólares) con los que está dotado el premio, mientras los otros dos se repartirán la otra.

David Card (Guelph, Canadá, 1956) se doctoró en la Universidad de Princeton (Estados Unidos) y ejerce en la actualidad en la de California; Angrist (Columbus, Ohio, Estados Unidos), estudió también en Princeton y está adscrito en la actualidad al Massachusetts Institute of Technology.

Guido Imbens (Eindhoven, Holanda, 1963), de nacionalidad holandesa-estadounidense, estudió en la universidad de Brown y ejerce ahora la docencia en la de Stanfor, en Estados Unidos (Estados Unidos.).

Card, Angrist e Imbens suceden en el palmarés del premio a sus compatriotas Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson, galardonados el año pasado por las mejoras en la teoría de subastas y la invención de nuevos formatos de licitaciones.

Con el premio de Economía se cierra la ronda de ganadores de los Nobel de este año, que serán entregados el próximo 10 de diciembre.

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