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Nuevas de epigenética

Diálogo

YAMIL DARWICH

Lo invito a "echarnos un clavado" en el apasionante tema de la investigación genética.

Edmund Beecher Wilson, en los años veinte del siglo anterior, escribió: "La célula en el desarrollo y la evolución", influyendo en la investigación sobre biología celular, luego microbiología, ahora epigenética y nanotecnología.

Luego, los científicos descubrieron que utilizando pintura fluorescente podían distinguir y clasificar cromosomas y diferenciarlos, ordenándolos para su estudio.

De ahí, el paso a la investigación genética era inevitable y marcaba tendencia en la búsqueda de explicaciones a los por qué y cómo se presentan los estados de salud o enfermedad.

Desde mediados del siglo anterior, estudian intensamente a la genética y con el desarrollo tecnológico de laboratorios y avances de la investigación bioquímica, los saltos han sido vertiginosos; en ello, los hermanos Thomas y Christoph Cremer, fueron pioneros al desarrollar el microscopio Vertico spatially modulated illumination de nano luz.

Desde el siglo anterior aprendimos que en el núcleo de la célula se encuentran los cromosomas y que presentan brazos o aspas con "locus" -espacios en que se "montan" los genes- que son los portadores de la herencia, con aciertos o deficiencias en su formación, pudiendo producirse enfermedades.

Para comprender un poquito el avance de la ciencia en el tema, recordemos que durante el siglo anterior descubrieron que los cromosomas eran un apelotonamiento de hilos conteniendo herencia genética, algo parecido a "fideos antes de cocinarse"; ahora, gracias a Karolin Luger, del Instituto de Biología Molecular de la Escuela Politécnica de Zurich, se sabe que "el nucleosoma -dentro del núcleo- está formado por un octámero de dos pares de cuatro tipos de proteínas llamadas histonas, con 147 pares de bases de ADN que envuelven dos veces al núcleo formando 8 histonas"… bueno, es dato que no tenemos porqué dominar, únicamente es útil para imaginar -dimensionar- lo descubierto sobre los secretos de la vida.

Los médicos, graduados en el siglo anterior, aceptamos que la herencia era algo que se recibía y era inamovible; ahora, Leonard Mirdi, descubrió cómo se relacionan los genes entre sí, encontrando concordancia entre la transmisión hereditaria y la influencia del medio, algo inaceptable anteriormente. Lo supo al ver como la mosca de la fruta cambia su disposición genética a partir de la influencia del medio.

Con ellos nació la epigenética, rompiendo con el viejo principio de que la herencia se recibía, solamente, de los genes de los padres y no sufría cambios en el corto plazo.

Ahora, en la Universidad de la Coruña de España, Rodrigo González Romero, Juan Ausió, Josefina Méndez y José M. Eirín López, en colaboración con Ciro Rivera Casas, encontraron un mecanismo evolutivo denominado "evolución por nacimiento y muerte". Dicho en forma coloquial: cómo influye el medio ambiente favoreciendo se produzcan mutaciones y consecuentemente evolución.

La ciencia médica sigue avanzando y dando sorpresas y pronto se podrá integrar todo ese nuevo conocimiento, entendiendo aún más la "participación del ácido ribonucleico mensajero y la organización de grupos metilo" en la transmisión de la herencia y cómo puede alterarse.

Por ejemplo, ahora sabemos que envejecer se debe a las cadenas de aminoácidos -telómeros- que conforme pasan los años van acortándose por sus extremos; es la causa del envejecimiento. Ya se encuentra en estudio el mecanismo con que pueda evitarse y con ello prolongar la vida con calidad.

Otro logro interesante, que se estudia en laboratorios de investigación genética con animales, es "recortar e implantar" partes de cromosomas; utilizan lo que llaman "tijeras químicas"; con eso han podido alterar la herencia en ratas, paso previo para intentarlo en humanos y lograr curar enfermedades hereditarias, como la diabetes mellitus o de algunos cánceres. A eso se denomina "impronta" y echan abajo otro principio que era ineludible: la dominancia de un gen sobre otro, al que como consecuencia se denominaba recesivo.

Ya no representa ninguna novedad realizar cirugías correctivas en fetos y con ello evitar la patología en el bebé, logrando que un recién nacido esté libre de enfermedad; ahora se trata de ir más allá, previendo en la genética de los padres, evitando que hereden las enfermedades que ellos tienen. Así, un "azucarado" podría modificarse genéticamente evitando transmitir la enfermedad al hijo. ¿No le parece maravilloso?

Otro investigador, Christian Golf, pregunta ¿que´ influye más: genética o ambiente? y según las nuevas investigaciones responde: "ni uno ni otro, porque estos supuestos antagonistas colaboran estrechamente". La epigenética está ayudando a entender los mecanismos.

En medio de la vida, luchando por combatir las enfermedades, controlar la contaminación ambiental, deshumanismo con individualismo materialista, ahora, gracias a los descubrimientos científicos aplicados positivamente, podemos albergar esperanzas de que podremos construir un mundo más armonioso.

Es indudable que las nuevas generaciones vivirán un mundo lleno de emocionantes cambios sobre las formas de mantenerse sanos y seguramente será para bien. ¿Qué le parece?

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