Un viaje de recuerdos a tu niñez mediante una combinación de cereales que no encuentras en cualquier supermercado, malteadas de colores, deliciosos cafés, waffles con nieve y una gran variedad de toppings son parte del concepto desarrollado por Roberto García, un joven emprendedor de 22 años, que diseñó el primer bar de cereales de Torreón.
Roberto Carlos García Gutiérrez es licenciado en Derecho, concluyó su carrera y tenía un empleo exitoso en el Poder Judicial, sin embargo, durante un viaje a Londres en diciembre del año pasado conoció un bar de cereales y quedó encantado con el concepto, pues revive la niñez de los comensales y genera un ambiente familiar muy positivo.
"Mucha gente que viene me dice 'ese es el cereal que yo desayunaba de niño'", comenta.
Como ya tenía tiendas de dulces americanos, se le facilitaba la compra del producto en Estados Unidos y se puso a trabajar para llevar el concepto a una realidad, para traer a los laguneros el primer bar de cereales de la región, Cereal Bowl.
"Cuando yo abrí, tenía la idea de que los principales clientes serían los niños, pero vienen muchos adultos a tomar café, muchos chavos, tanta variedad les llama mucho la atención", comenta. "Hay gente que me dice 'oye, yo pensé que Lucky Charms solo había en un sabor', pero aquí tenemos más de siete sabores".
La idea principal es el cereal, que incluye un topping, una cobertura, que puede ser de ingredientes nacionales o importados, también puede ser líquido, como caramelo, chocolate o fresa, además de que se le puede añadir una bola de nieve o leches de colores, por lo que definitivamente no es solo un cereal con leche.
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Comerciantes aseguran que la inflación ya está afectando las ventas en La LagunaRoberto ha tratado de cuidar cada detalle para que la experiencia en el local sea más placentera, por lo que la decoración es muy colorida, hay dos espacios especialmente diseñados para que los comensales puedan tomarse selfies y presumir sus alimentos, de acuerdo a las preferencias actuales de los jóvenes.
"En el primer mes, se han vendido más de 2,000 tazones, a la gente le gusta mucho el concepto, vienen aquí con sus niños, que juegan y comen cereal, las mamás se toman un café o una malteada, es muy familiar", dice.
Considera que la buena aceptación que se ha tenido en el bar es debido a que a los laguneros les encantan los conceptos novedosos, por lo que el principal reto al que se han enfrentado es que el fin de semana se acumula la clientela, pues todos tratan de almorzar a la misma hora.
El joven recomienda a los emprendedores de la región que den ese primer gran paso para poner su negocio y se olviden de los miedos. Recuerda que al inicio le invadió un gran temor porque no había otro sitio igual, por lo que no tenía punto de referencia para una comparación y sabía que la inversión sería considerable, pero finalmente se decidió y el negocio ha operado con éxito.
"El consejo que les doy es que lo hagan, aunque tengan mucho miedo", dice; "que busquen nuevos negocios, conceptos innovadores, ver a la competencia y qué puedes mejorar, cómo hacerlo mejor".
Roberto atiende directamente su negocio, está detrás de la barra para escuchar a los clientes, conocer sus gustos, retroalimentarse continuamente y, sobre todo, asegurarse de que reciban el mejor servicio.
El joven abogado dejó su empleo, que le absorbía demasiado tiempo, para emprender su negocio, donde también dedica todo su tiempo, sin embargo, reconoce que "cuando es propio, no te cansas".
Roberto es el emprendedor de 22 años que está detrás del innovador concepto del primer bar de cereales en Torreón. (EL SIGLO DE TORRÉON / Érick Sotomayor)
