Algunos caribeños, apoyados por la Fundación Manos que Ayudan, tramitan su legal estancia en el país como asilados, para obtener la residencia y tener permiso para trabajar.
La casa del migrante que se ubica en la iglesia de San Juan de los Lagos, en el municipio de Frontera, es sostenida en su totalidad por la feligresía y por donativos de particulares, sostuvo el padre Paulo Alfonso Sánchez Valencia, encargado del programa.
El religioso, párroco de la comunidad del Verbo Encarnado, en la Vicaría de Guadalupe apoya a la Pastoral de los Migrantes de reciente creación en la región Centro del Estado.