Es innegable que la pandemia no ha servido para detener los distintos tipos de violencia que sufre la niñez de nuestro país y de muchos otros en el mundo. Al respecto, la agrupación Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), coalición que integra a 72 organizaciones mexicanas de la sociedad civil que promueven la defensa de los derechos de la infancia en México, ofrece reportes con cifras terribles que exponen la vulnerabilidad de nuestros niños y niñas. Menciona que el hogar es uno de los lugares en donde la violencia ocurre frecuentemente, lo que resulta en un 63% de menores que han experimentado al menos una forma de disciplina violenta. Pero la calle es también un escenario peligroso ya que durante 2020 hubo un aumento en delitos como trata de personas (27.7%), rapto (21%) y feminicidio (17%); la mayor incidencia se registró en los estados de Guanajuato, Estado de México y Michoacán. La desaparición de niños en 2020 también muestra una escalofriante cifra de 3225 (acorde a los datos de la Comisión Nacional de Búsqueda), de la que al restar el número de personas encontradas tendremos que tres infantes o adolescentes desaparecen cada día y no son recuperados. Respecto a los homicidios, el dato es de siete víctimas diarias.
Desde hace algunos años existe el programa Alerta Amber, que establece las acciones a realizar cuando se reporta la desaparición de menores. Este sistema tiene una triste historia detrás del nombre que lo identifica: en 1996 en la ciudad de Arlington Texas, una niña de 9 años llamada Amber Hagerman fue raptada y brutalmente asesinada. Posterior a la tragedia, los medios de comunicación se asociaron con la policía local para desarrollar un sistema de difusión y alerta que pudiera ayudar a la localización de menores desaparecidos, y utilizaron el acrónimo AMBER que significa America's Missing: Broadcast Emergency Response como un tributo a la pequeña Amber. Este sistema fue luego adoptado en otros estados y países, algunos conservaron el mismo nombre y otros desarrollaron el propio. A partir del 2011, Facebook se une a la alerta Amber; en 2012 Google las integra en su servicio de alertas públicas y motor de búsqueda y en 2013 inician su publicación en Twitter con el identificador @AMBERAlert. Acorde a la historia que presenta el sitio The Amber Advocate, en ese año un niño de ocho meses fue sustraído de su domicilio; un adolescente vio el mensaje de alerta de emergencia celular y lo reportó con su padre, lo que derivó en el primer rescate exitoso a partir de este sistema de alertas. En México funciona a través de la difusión masiva de los datos y fotografía del menor en todos los medios de comunicación y es el Gobierno Federal el que decide si la alerta será nacional o internacional.
Este sistema ha logrado funcionar en diversos casos de los 15 países en los que se utiliza; y una buena parte de este resultado se debe al involucramiento de distintos sectores de la sociedad que de alguna manera se comprometen a colaborar en la búsqueda, ya que cada grupo realiza funciones importantes en forma local, nacional o internacional, para lo cual existen redes de colaboración entre los países y así evitar que las fronteras sean un obstáculo.
Por otro lado, la organización REDIM menciona en su balance anual que el pasado 15 de diciembre de 2020, el gobierno federal presentó el proyecto de Protocolo adicional para la búsqueda de niñas, niños y adolescentes, con el que se pretende establecer la coordinación de los distintos actores en los casos de desaparición de menores y de esta manera lograr mejores resultados, ya que esta crisis de violencia ha dejado en México un registro de más de 77 mil infantes desaparecidos en el mas reciente medio siglo.
