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Reprobadas Chana y Juana

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

Hace un par de semanas algunos senadores del Partido Acción Nacional firmaron una carta denominada Carta de Madrid, que es apoyada por el líder del partido español Vox, Santiago Abascal, con el objetivo de frenar el avance del comunismo en las naciones de la Iberosfera. El documento es impulsado por la Fundación Disenso, que encabeza el propio Abascal, quien usa con regularidad el concepto de Iberosfera, que comprende una comunidad de naciones libres con más de 700 millones de personas que comparten una herencia cultural.

Fueron 15 senadores y 3 diputados del PAN los que firmaron la Carta de Madrid, que persigue también, según los legisladores, la defensa de la libertad, la democracia y la propiedad privada.

"Hoy nace, aquí en México, un mensaje muy importante para el presidente (Andrés Manuel López Obrador) y sus radicales: México nunca va a ser comunista", advirtió el coordinador de senadores del PAN, Julen Rementería, quien encabezó el acto.

En la carta, que, según el PAN, fue firmada también por legisladoras y legisladores de la oposición de diversos partidos políticos, se señala que "el avance del comunismo es una gran amenaza a la prosperidad y al desarrollo, así como para las libertades y el Estado de derecho".

Rementería explicó que la iniciativa es apoyada por diferentes líderes políticos y sociales con visiones e ideas distintas e incluso divergentes, pero que comparten la defensa de la democracia liberal, el Estado de derecho, el imperio de la ley, la separación de poderes, la libertad de expresión y la propiedad privada.

En el documento se expone que una parte de la región (Iberoamérica) "está secuestrada por regímenes totalitarios de inspiración comunista, apoyados por el narcotráfico y otros países".

Todos ellos, añade, "bajo el paraguas del régimen cubano e iniciativas como el Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla, que se infiltran en los centros de poder para imponer su agenda ideológica", señala la carta.

Entre los firmantes estuvieron las senadoras del PAN Alejandra Reynoso, Martha Márquez, Lilly Téllez y el senador Roberto Moya, así como los diputados América Rangel y Raúl Torres.

Parecería entonces que el acto de algunos panistas con la firma de la dichosa carta está acorde con su ideología de derecha; el problema es que Vox y su líder, Abascal, son de la ultraderecha, una posición que se distingue por posturas xenófobas a rajatabla, además de restringir el derecho de las mujeres sobre sus libertades entre otras cosas.

El hecho le cayó de plácemes al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha aprovechado el acto para seguir machacando a sus detractores, a quienes suele llamar "conservadores" con tono peyorativo.

Por supuesto que el presidente López Obrador tiene razón en celebrar la torpeza del acto de sus rivales. Unir al PAN con un partido como Vox es simplemente acercar más al primero a su perdición total, tal como le ha sucedido ya al PRD. Estúpida fue la postura de los panistas que signaron el documento y que les valió incluso la toma de distancia incluso de compañeros de su propio partido.

Hubo quienes ya han aceptado que se equivocaron por hacerlo, como la senadora Lilly Téllez, y parecería que la tunda política la tenían bien merecida para gusto del presidente.

Sin embargo, ayer en el desfile militar por el aniversario 211 del inicio del movimiento de independencia de México estuvo de invitado el "presidente de Cuba", Miguel Díaz-Canel

Primero los panistas con la insana idea de traer al líder de Vox, cuya ideología extremista no debería caber en ninguna nación libre, pero tampoco es correcto invitar a un mandamás producto de una dictadura de los Castro que lleva más de 60 años despojando a la bella isla caribeña de un elemental derecho humano como lo es la democracia.

¿Qué de plano a nuestro presidente no le importan los dictadores si estos coinciden con su ideología de izquierda? ¿Tan poco en verdad le importa a Andrés Manuel que él sí detenta el poder porque lo ganó legítimamente y con millones de votos en tanto que Díaz-Canel está allí por decisión de Raúl Castro y no del pueblo cubano?

Vergüenza dieron los panistas con Vox, pero tener al líder del régimen dictatorial (que sea de izquierda o derecha da lo mismo, el problema es la ausencia de democracia) cubano como invitado de honor a nuestra principal fiesta nacional tampoco denota mucha conciencia para un progreso generalizado con respeto a nuestra democracia. Tan reprobables Chana como Juana.

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