No cabe duda que la suerte existe, bueno a buena suerte hay que salir a buscarla todos los días. Esto quedó una vez más de manifiesto, pues un perrito macho poodle, hace como 12 años anduvo vagando sin rumbo fijo como una moneda de poco valor a la cual nadie le pone atención.
Pero un buen día Sergio se cruzó en su camino y la suerte de este perrito que había sido abandonado en la calle se quedó sin saber qué hacer y víctima de las inclemencias del tiempo y de la indiferencia de la mayoría de la gente, pero ese gran día Dios obra para bien, y manda un ángel que lo recoge y acto seguido va con Fabiola hermana de su rescatador y benefactor, para pasar todavía a mucho mejor vida, cobijado por el cariño, protección y alimentación que le prodigó su dueña definitiva, durante muchos muchos años.
El ejemplar en cuestión fue distinguido con el nombre de León pues a decir de la señora Fabiola "El león no es como lo pintan"
Ya con el tiempo, aseado, bien alimentado y rodeado de cariño, el perrito todo desaliñado, se convirtió en un hermoso ejemplar que correspondía con todo su cariño hacia su ama a quien quería, cuidaba y acompañaba a todas partes donde decidían llevarlo.
Todos en la casa de la señora Fabiola lo querían pues dicho sea de paso son una familia excepcional en muchos sentidos, solo para mencionar algunos, Faby (obvio hija de la señora), es propietaria de una voz excepcional y de un extraordinario "don de gentes" y entre muchas canciones interpreta magistralmente Piano Man.
Una de las constantes en la vida es el cambio y si no nos adaptamos a la multitud de acontecimientos que nos arrollan a diario, podemos ser víctimas de la realidad, como pudiera ser el siempre añorar el pasado.
¿Por qué menciono esto? Porque han pasado 13 años desde que Sergio rescató a León para dárselo a su hermana, y el tiempo que es implacable cobra su factura en todos, absolutamente en todos, la realidad y la salud o más bien la falta de ella nos alcanza a unos antes que otros, pero finalmente a todos sin excepción.
Y este otro orgulloso y querido poodle, desde hacía tiempo atrás, había desmejorado mucho, no era el mismo, su vitalidad, su fuerza y su ánimo lo abandonaron a la par que su juventud, y a últimas fechas su corazón dejó de funcionar adecuadamente haciendo estragos en la salud del gran compañero y amigo de muchos años León.
Yo tuve la dicha de conocer a este querido poodle por Gaby Acuña, hija de la señora Fabiola quien se hizo cargo junto con Diana su hermana hasta el último momento de él.
Al ver que su vida de calidad había acabado para León decidieron dejarlo libre para que trascendiera hacia la otra vida, allá donde no hay prisas, envidia, ni dolor.
Liberando a su querido León de la cárcel en que se había convertido su cuerpo enfermo.
Me queda la satisfacción de conocer a personas admirables, luchonas, llenas de buenos sentimientos, que son sensibles al dolor ajeno y dispuestas ayudar siempre en la medida de lo posible.
Y por enésima ocasión me hacen recordar que debemos ser siempre humildes y viajar por esta vida ligeros, ya que no nos vamos a llevar nada solo el recuerdo de lo vivido, pues todos y todo tenemos fecha de caducidad.
Y ahora para terminar una gota de filosofía: La vida es una lotería que ya hemos ganado, pero la mayoría de la gente no ha cobrado sus boletos.
