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¿Y los derechos del río Nazas?

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JULIO CÉSAR RAMÍREZ

La presa del proyecto "Agua Saludable para La Laguna" -que abastecería agua sin arsénico a la población de la Comarca-, sería la número 34 sobre el río Nazas, en las cuencas centrales del norte de México. La construcción está prevista para iniciar en el periodo de estiaje. Un juicio de amparo lo suspende. El presidente López Obrador busca que la obra sea considerada asunto de Estado, seguridad nacional y derechos humanos. En el conflicto, la sociedad lagunera y sectores reclaman sus respectivos derechos.

Las obras que el proyecto pretende son siete: una presa derivadora y canal de desvío sobre el río Nazas, una planta de bombeo, líneas de conducción presurizada -once kilómetros-, una planta potabilizadora, líneas de conducción por gravedad -aproximadamente 30 kilómetros-, tanques de regulación y ramales de distribución hacia las poblaciones de la conurbación de La Laguna.

La nueva presa se edificaría aguas abajo de la presa Francisco Zarco, entre las derivadoras de San Jacinto y La Loma, en el municipio de Lerdo, Durango, dentro del Parque Estatal Cañón de Fernández.

Tres presas de almacenamiento y treinta derivadoras regulan el río Nazas desde 1946.

Las de almacenamiento son la Lázaro Cárdenas-El Palmito en Indé, Durango, la Francisco González de la Vega-La Catedral en Rodeo, y la Francisco Zarco-Las Tórtolas en Nazas y Lerdo.

Las presas derivadoras construidas sobre el río Nazas, en el municipio de Rodeo, entre las almacenadoras Lázaro Cárdenas y Francisco Zarco, son: Los Ángeles, La Angostura, Parián, Rodeo, San Salvador y Guadalupe.

Entre Nazas y Lerdo, sobre el río funcionan las presas Benito Juárez, Santa Bárbara II, San Isidro, Santa Bárbara, El Pueblo-Nazas, La Flor, El Ranchito, San Antonio, Santa Clara, Doña Severa-El Conejo, Del Tongo, Del Sobaco, Las Auras, Morelos y Las Cruces.

En Lerdo operan sobre el Nazas las presas Graceros, San Jacinto, La Loma, La Goma, San Juan de Casta, El Sabino, San Pedro, San Carlos y San Fernando.

Desde su inauguración en 1946, la presa Lázaro Cárdenas-El Palmito -complemento hidráulico del reparto agrario de 1936 en la Comarca Lagunera-, impidió que el agua del acuífero Principal de La Laguna recibiera en promedio anual 126 millones 75 mil metros cúbicos de agua del río Nazas para su recarga. Y después de la construcción de la presa Francisco Zarco, de 1968 al 2005, el déficit en volumen se incrementó peligrosamente a 475 millones 69 mil metros cúbicos anuales.

Son datos de la tesis de doctorado en Ciencias por el Colegio de Postgraduados -Montecillo, Texcoco, 2005-, titulada "El impacto de la regulación de los ríos en la recarga a los acuíferos: el caso del acuífero Principal de la Comarca de La Laguna", de Carlos Cháirez Araiza.

El impacto sobre las cavidades subterráneas de la llanura fue inmediato, letal. Un año había transcurrido apenas de la ostentosa inauguración de la presa Lázaro Cárdenas, 1947, cuando disminuyó trágicamente el caudal de los manantiales que existían en la zona de Viesca, Coahuila, al noreste del acuífero Principal de La Laguna; a un grado tan grande que se estableció como la primera llamada de alerta sobre la región.

De aquellos días viene el destino que se transfigura en funesto para la llanura comarcana, unido desde entonces a la eliminación de la práctica de aniegos y al bombeo intensivo de las reservas subterráneas; sobreexplotación acelerada por modelos productivos extractivistas causantes del descontrol y desequilibrio del acuífero y del grave conflicto socioambiental y de salud pública.

En resumen: de 1946 al 2021, la promisoria región de La Laguna fue convertida en un páramo amenazante y peligroso.

El río Nazas debe tener el derecho al libre flujo, el derecho a ejercer sus funciones esenciales con el ecosistema de La Laguna, el derecho a estar libre de toda contaminación, el derecho a alimentar y a ser alimentado por sus afluentes, el derecho a la biodiversidad nativa, y el derecho a la regeneración y restauración.

Dador de vida, el río Nazas es una entidad viviente.

El Nazas es esencial para todo lo viviente en La Laguna por su apoyo hacia una maravillosa diversidad de especies y ecosistemas, alimentando así a humedales y a otros hábitats acuáticos con agua, entregando nutrientes vitales, llevando sedimentos a ríos y realizando otras funciones ambientales esenciales.

Considérese que La Laguna es: sus ríos Nazas y Aguanaval, sus comunidades y su territorio. Todo lo demás vino después.

@kardenche

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