El pasado martes diez de agosto falleció Roberto Huerta Gil, mejor conocido como “El Soldado’’, destacado jugador de futbol soccer con los Tigres de Salazar y de futbol americano con los Daneses del Ateneo Fuente en la época dorada del deporte de los Emparrillados en la capital del Estado. Junto con su hermano Bernardo fundaron el Club Tigres de Salazar en 1960, el “equipo de sus amores’’.
Roberto Huerta Gil nació en 1940 en el rancho Pozo del Salto de San Juan de Zacatecas, jurisdicción de San Tiburcio, Municipio de Mazapil, Zacatecas. A la edad de cuatro años llegó a la ciudad de Saltillo, a donde el matrimonio formado por don Crispín Huerta Flores, originario de Charcas, San Luis Potosí, y doña Lilia Eustolia Gil, nacida en Torreón, Coahuila, decidió establecerse para darle educación a sus hijos Rómulo (+), Bernardo, Julieta, Blanca, Roberto (+), Yolanda (+) y Angélica Huerta Gil.
Rogelio Valdés Sánchez, compañero de estudios de “El Soldado’’, apodado así por su corte de pelo, recuerda que cursaron juntos la Primaria en la Escuela Anexa a la Normal, plantel donde jugaron futbol soccer en compañía de Marco Antonio “El Chilacuis’’ Brondo, Horacio “Bacho’’ Ramos, Juvenal Valdés, “El Puchas’’ Hernández, Guadalupe Obregón Rubio y Ricardo Cedillo Martínez, entre otros.
Añadió que su primer equipo fue el Asturias, patrocinado por José González, mejor conocido como “Pepe Bola’’, en el cual jugó en las categorías Infantil y Juvenil al lado de Jesús Alfonso Arreola Pérez, Roberto “El Pelón’’ Reyes, Luis Cedillo, Ricardo Cedillo Martínez, Alfonso Montaño Jr., Marco Antonio “El Chilacuis’’ Brondo y los hermanos Eleazar y Juvenal Valdés. Del Asturias pasó al Colón y Salazar, equipo de su barrio.
La familia Huerta Gil cuando llegó a radicar a Saltillo vivió primero en la calle de Colón esquina con calle Salazar, posteriormente se estableció en el número 547 de calle Salazar, a media cuadra del desaparecido Estadio Saltillo, en donde los hermanos Bernardo y Roberto Huerta practicaban a diario futbol.
Una vez que concluyó sus estudios de Primaria, Roberto ingresó al Ateneo Fuente para cursar Secundaria y Preparatoria, plantel en el que jugó futbol soccer y futbol americano, destacando en este último como mariscal de campo al lado de grandes jugadores como Avelino Aguirre, los hermanos Jorge y Rubén Castro Medina, Javier Marrufo y Marco Antonio “El Chilacuis’’ Brondo, su inseparable compañero desde la Primaria. Todos ellos forman parte de la época dorada del deporte de los Emparrillados en la capital del Estado.
Una vez concluido su Bachillerato en el Ateneo Fuente ingresó a la entonces Escuela Superior de Agricultura Antonio Narro, en la que jugó futbol americano con los Buitres, habiendo cursado tan solo el primer año de la carrera. En 1960 inicia su participación en la categoría de Primera Fuerza de la Liga Municipal de Futbol de Saltillo el equipo Tigres de Salazar, fundado por los inseparables hermanos Bernardo y Roberto Huerta Gil.
A Roberto se le considera como uno de los mejores jugadores de la historia del futbol saltillense por su gran clase e inteligencia para jugar en el medio campo, su buen toque de balón y gran potencia en el disparo, característica que le ganó el apodo de “El Cañón’’. Pudo haber jugado en Primera División, pero en su época no estaba tan desarrollada la idea de ser futbolista profesional.
Su historia y trayectoria está llena de anécdotas, como aquella bronca entre los equipos Salazar y Buitres de la Narro en el Estadio Saltillo que cuenta César Arturo “El Tuklio’’ Rodríguez: “Jugábamos un partido decisivo contra la Narro (acérrimo rival), el equipo ganador disputaría la final contra Necaxa. Se armó en ese encuentro fenomenal bronca entre Tigres y Buitres que al día siguiente un periódico local publicó en su sección deportiva a ocho columnas como el Rosario de Amozoc’’.
Cuenta “El Tuklio’’ Rodríguez que hubo de todo, patadas, golpes y cabezazos, resultando varios expulsados. Se suspendió el partido y debió concluirse el siguiente domingo. Del equipo Salazar hubo varios expulsados y nuestro entrenador Bernardo Huerta se vio en serios apuros para completar la alineación y debió “echar mano’’ de jugadores del plantel de Segunda Fuerza, entre ellos de mi hermano Jaime, quien dio un partidazo. Le ganamos a los Buitres y también al Necaxa. Fuimos Campeones ese año.
Añadió que la tarde de ese día Roberto Huerta acudió al Cine Palacio en compañía de su novia, a media función empezó a sentir dolores insoportables y fue necesario llamar a una ambulancia de la Cruz Roja para trasladarlo a un Hospital y recibiera atención. Una vez examinado por un médico se supo que en la reyerta había sufrido fractura de tibia, debiendo ser atendido de inmediato por un traumatólogo.
Los hermanos Bernardo y Roberto Huerta eran líderes por naturaleza e impregnaron de fuerza y espíritu de lucha a los jugadores de los Tigres de Salazar, equipo fundado en 1960 y en el cual militaron jugadores de la talla de Carlos “El Gallo’’ Sánchez, Víctor Manuel Mendoza, Federico Covarrubias, los hermanos Marco Antonio, Javier, Jaime y César Arturo Rodríguez Gómez, los hermanos Emilio y Juan Manuel Destenave Mejía, los hermanos Sergio, Felipe y Rafael Rivera Valdés, los hermanos Venancio e Isidro Gutiérrez, David Contreras Leija, Antonio “El Árabe’’ Cortés, Antonio Escobedo Velázquez, los hermanos José y César Estrada Torres, Cristino Aguirre, Sergio Esparza y Ovidio Arévalo, entre otros.
Roberto Huerta Gil falleció a la edad de 80 años el pasado martes diez en un rancho de su propiedad en el municipio de Ramos Arizpe, Coahuila. Dos meses antes había sido homenajeado junto con su hermano Bernardo por el Club Tigres de Salazar, recibiendo un merecido reconocimiento por haber sido los fundadores del mismo.
Le sobreviven sus cuatro hijos: Roberto Jr., Armando, Gabriel y Aída. Bernardo Huerta está consternado por la muerte de su inseparable hermano. Vaya este ¡Toque de silencio! en memoria de un Tigre imbatible de las canchas. ¡Descanse en Paz Roberto “El Soldado’’ Huerta! ¡Hasta el próximo miércoles!
