Alimentación intuitiva, un adiós a las modas de internet
En redes sociales vemos moditas, la gente dice que quiere verse como tal o cual influencer o modelo, entonces empezamos a matarnos de hambre, pero pues eso solo es como “taparle un ojo” al problema, lo que se necesita es hacer un cambio desde adentro, ¿por qué quiero bajar de peso?
Para la nutrióloga Ivonne Sánchez, asegura que el trasfondo y la motivación que tiene cada persona son muy importantes a la hora de obtener resultados, no es lo mismo hacerlo por vanidad que con conciencia y por salud.
“Cuando empecé a indagar un poquito acerca de la alimentación intuitiva, me di cuenta de que muchas mujeres tienen trastornos alimenticios y yo, como nutrióloga, no quiero que mis pacientes se sientan atrapados en una “jaula de lechuga”, que vivan con la culpa, el miedo de comerse una rebanadita de pastel y pensar que ya ‘arruinaron’ todo”.
LAS EMOCIONES CUENTAN
Identificar los motivos por los cuales una persona desea llevar a cabo un determinado programa alimenticio, debe ser siempre el primer paso.
“El decir ‘yo quiero verme como esta persona’ nunca es sano, pues debemos tomar en cuenta que ningún cuerpo es igual a otro y a lo mejor no podremos obtener esa figura en específico, pero debemos aceptar y amar el tipo de cuerpo que nos tocó”.
Evidentemente, motivos como la salud tanto física como mental, el pensar en comer sano para mejorar la digestión o tratar de mantener una vida saludable para evitar enfermedades, siempre serán factores que ayuden en la obtención de resultados. Además, las prohibiciones generalmente salen contraproducente.
“Cuando tu te sientes restringido lo único que pasa es que se te antoja más ese producto. Si yo le digo a mis pacientes ‘no puedes comer chocolate’, cada vez que vea uno sentirá gran atracción por él. Contrariamente si les digo, está bien, cómete un pedacito o busca opciones más saludables a las golosinas a las que estás acostumbrado, ese antojo se verá calmado y tú te sentirás más tranquilo como paciente”.
UN BALANCE, LA LLAVE DEL ÉXITO
Tanto en lo físico como en lo mental, el no sentir una restricción provoca un impulso benéfico para los pacientes. “Empiezas a verlo como algo normal, adoptas la idea de que el 80% de lo que como es saludable y el otro 20% es para darme los gustitos o los antojitos que forman parte de la convivencia”.
“Si en la fiesta encuentras una pizza, no es necesario que te comas las ocho rebanadas, puedes tomar una y comértela sin remordimiento, y a la mañana siguiente puedes retomar tu plan de alimentación sin problemas, evitando el autocastigo”.
Y la buena noticia es para quienes además de preocuparse por su salud física se ocupan de su integridad mental, pues el tomar terapia psicológica combinada con la visita al nutriólogo, ayudará a resolver cualquier conflicto con la comida que se origine en la psique.
