Nosotros Desayunos Eventos Salud

Su Salud Bucal / RECONOCIMIENTO DR. JAIME ÁVILA SOTO AL DR. CARLOS RAMÍREZ VALDÉS

DRA. LILIANA ACUÑA CEPEDA Y DR. SAUL GUTIERREZ CONTRERAS

COLEGIO DE CIRUJANOS DENTISTAS DE LA LAGUNA A. C.

FILIAL ASOCIACION DENTAL MEXICANA

El pasado tres de febrero dentro del evento XVI Congreso Anual de nuestro colegio se le entregó la presea Dr. Jaime Ávila Soto a un distinguido catedrático el cual por 30 generaciones impartió la materia de patología oral en la Facultad de Odontología de la UA de C dejando muchos recuerdos en todos nosotros, me refiero al Dr. Carlos Ramírez Valdés.

Nació un 11 de enero de 1930, hijo de Gregorio Ramírez Guzmán y de Olaya Valdez de Ramírez, siendo 12 de familia de grandes valores morales y religiosos, todos hombres y mujeres dotados de gran talento para el estudio, ya que sus padres les inculcaron el deseo de superación para vivir de una manera digna.

Estudió primaria en el Colegio Modelo. Secundaria en la Preparatoria de La Laguna y la carrera en la Facultad de Medicina de la UNAM Generación 1947-1952.

Al llegar el momento de iniciar sus estudios profesionales, su hermano Gregorio finalizaba la carrera de Medicina, fue entonces, cuando decidió estudiar lo mismo, ya que su deseo era servir de alguna manera a los demás.

Ingresó a la Facultad de Medicina de la UNAM situada en el viejo edificio de Santo Domingo, antiguamente el tribunal de la inquisición, después terminó en la actual Ciudad Universitaria, y el año de internado, lo efectuó en el Hospital Universitario.

Presentando su examen profesional, teórico y práctico, los días 27 y 28 de agosto de 1953.

Recuerda con singular emoción cómo siendo estudiante, ejercía trabajos médicos, con el fin de allegarse fondos para tener una vida estudiantil más holgada, cobrando $3.00 pesos por inyección o $5.00 pesos por alguna consulta, siempre teniendo el espíritu del ahorro.

Cuando termina de estudiar, al estar revisando un ejemplar de la American Medical Journal, prestigiosa revista médica americana, se enteró que estaban solicitando médicos internos, en un Hospital de Búfalo, Nueva York.

Estuvo 13 meses de internado en el hospital Our Lady of Victory, en el cual realizó el año de internado rotatorio. Posteriormente estuvo en el hospital Hanemann Medical College, donde terminó las residencias de patología clínica y anatomía patológica. Siendo en este hospital donde por primera vez tuvo contacto con la enseñanza, ya que lo nombraron coordinador de equipo, lo cual le entusiasmó, porque inició la que sería su verdadera vocación, estar en contacto con los alumnos.

Siendo residente médico en este hospital, un año estuvo de profesor asistente, y dos de profesor asociado.

Al cuarto año se fue a Cleveland, Ohio al hospital Huron Road en el cual estuvo un año y cuatro meses.

Al llegar a la Cd. de Torreón, el Centro Médico de Torreón se estaba edificando y lo invitan a ser fundador de esta importante sociedad de médicos.

En 1961 empieza a impartir la cátedra de Patología Oral en la Escuela de Odontología, la cual en ese tiempo no pertenecía a la Universidad de Coahuila, sólo funcionaba como ?incorporada?, siendo junto con sus hermanos Gregorio y Jorge, una parte fundamental del cuerpo docente de esta institución.

En 1962 inicia como maestro de fisiología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Coahuila.

El mismo año participa en la fundación de la Escuela de Enfermería Isabel la Católica en el Sanatorio Español, fundada también por el Dr. Emilio Murra Talamás, el Dr. Jorge Siller Vargas y la madre María Magdalena.

En noviembre de 1963, inicia el Instituto Mexicano del Seguro Social sus labores, contratándolo en el laboratorio de análisis clínicos y de anatomía patológica.

Posteriormente el IMSS lo envían a la Cd. de México durante ocho meses para estudiar obteniendo el título de profesor de profesores, y al regresar ocupó el puesto jefe del Departamento de Enseñanza de la Clínica 16 de este instituto, cargo que desempeñó por seis años.

Dentro de sus actividades académicas en 1996 fue secretario de asuntos académicos en la Facultad de Medicina.

De 1997 al 2000 fue director de esta misma institución universitaria jubilándose de la Universidad en el año de 2003.

Hombre siempre inquieto y deseoso de seguir enseñando, actualmente es maestro de fisiología en el Instituto Grecolatino, y también continúa trabajando en su laboratorio.

Su compañera de la vida es la Lic. en psicología Luz Elena Hernández Salcido teniendo cuatro hijos: Luz Elena, Carlos Gregorio, Catalina y Osvaldo, todos ellos profesionistas reconocidos en esta ciudad, y los cuales han enriquecido su vida con diez nietos.

El mejor pasatiempo del Dr. Ramírez, es la lectura, formando en su casa una biblioteca con sus libros preferidos.

Además de ser un médico reconocido, dinámico y trabajador educa a sus hijos con una filosofía cristiana: amor a Dios, al prójimo y ser útiles a sí mismos.

A los hombres les dio educación del tipo escultismo (filosofía de los boys scout) en la cual, se tiene que realizar diariamente una buena acción.

A las mujeres, su esposa, se encargó de educarlas con amor a la familia y al hogar, en donde prevalezca el respeto y la honestidad.

Además de su vida académica disfruta de sus pasatiempos, como leer, pintar, participando en cursos, excursionar al pico de Jimulco, así como al ixtlaxíhuatll, afición que le dio significativas experiencias.

Aquel hombre recio que recordamos dentro de las aulas de la escuela de odontología ?el hueso? apodo que le dieron hace muchos años en medicina por flaco, y posteriormente otros alumnos continuaron con este sobrenombre porque era muy ?duro de roer?, cuántos de nosotros sufrimos con su cátedra: patología oral, pero de seguro a nadie se nos olvida los cuatro puntos cardinales de la inflamación ?rubor, dolor, tumor y calor? o sus expresiones ?sálvame padre santo? cuando se desesperaba porque no le dábamos la respuesta adecuada, ?no hijo?, cuando no atinabas a darla respuesta correcta, y otra frase común de él, de ?mediocre no vas a salir?, pero todos esos retos, los teníamos con una persona siempre inquieta, entusiasta en el estudio, en el trabajo, tesonero en toda actividad que se proponía.

Para él, dar clases fue su mejor experiencia, ya que a todos sus alumnos los veía como hijos y guarda de ellos grandes recuerdos. Además a la Escuela de Odontología siempre la quiso mucho, ya que fue la primera en abrirle las puertas como maestro.

Cuando relata su vida evoca con mucho agrado el tiempo que estuvo en Búfalo, Nueva York, y emite gestos de felicidad en cada fase de sus recuerdos, con una gran lucidez (que la debe, según él, a la carga genética), se considera un hombre de decisiones, admira a las enfermeras por su entrega al servicio de los demás, el dar clases le gustaba además de enseñar y convivir con la juventud.

Es un orgullo tener como maestro a uno de los primeros especialistas de La Laguna y es un honor haber sido alumno de un hombre tan preparado como pocos en su época. Un hombre moral, ético, trabajador, entregado a su familia y a su profesión, un maestro, el cual siempre creyó que un alumno no es un recipiente donde se deba meter una gran cantidad de información, sino una persona la que se tiene que incentivar para desarrollar lo que él llama ?sentido común?.

Gracias Dr. Carlos, por los años que nos dedicó y nos transmitió sus conocimientos.

Maestros como usted son necesarios para seguir forjando profesionales que sean dignos en el campo de la salud.

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 195418

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx