En un ambiente de nostalgia y camaradería se llevó a cabo la entrega de reconocimientos a los fundadores sobrevivientes del Club Tigres de Salazar, dentro de los festejos del 58 aniversario de su fundación, la cual data de agosto de 1963, siendo uno de los equipos de futbol de mayor tradición en la ciudad de Saltillo y semillero inagotable de jugadores.
El acto tuvo lugar el sábado diez de julio en la cancha de pasto sintético del Colegio Ignacio Zaragoza, en donde se dieron cita familiares y amigos de los 11 jugadores homenajeados, cada uno de los cuales recibió una placa de reconocimiento por su militancia y entrega en la defensa de los colores celeste y blanco de los populares Tigres de Salazar.
El futbol soccer cobra vida en Saltillo en la década de los años cincuenta en diferentes barrios y en las instituciones educativas, en el barrio de las calles Colón y Salazar surgen equipos de diferentes categorías con este nombre. El barrio del Santuario de Guadalupe estuvo representado por los equipos Santos y Botafogo. La entonces Compañía de Luz y Fuerza patrocinaba el Necaxa de los hermanos Eleazar, Eruviel y Juvenal Valdés, sin faltar por supuesto los Buitres de la Narro y el Tecnológico de Saltillo.
La mayoría de los partidos se celebraban en el desaparecido Estadio Saltillo, escenario de usos múltiples, en el que se jugaba lo mismo béisbol profesional, futbol soccer amateur y futbol americano estudiantil, y le dio vida al deporte de 1932 a 1966, siendo demolido en septiembre del 66 para dar paso a un edificio escolar. Sus viejas candilejas alumbraban los partidos nocturnos del desaparecido equipo Club 45 de la Liga Central de Béisbol y juegos de mitad de semana de la Liga Municipal de Futbol de Saltillo.
En 1960 surge el primer equipo denominado Salazar, lidereado por los hermanos Bernardo y Roberto Huerta Gil e integrado por “El Moyete’’ Pérez, Carlos “El Gallo’’ Sánchez (QEPD), Víctor Manuel Mendoza, Federico Covarrubias, los hermanos Jaime, Javier y Marco Antonio Rodríguez Gómez, Emilio “La Gringa’’ Destenave, los hermanos Felipe y Sergio Rivera Valdés, entre otros.
Ese primer equipo sostuvo una gran rivalidad con el Necaxa de los hermanos Valdés y en una ocasión (a mediados de 1961) en el viejo Estadio Saltillo el Babeliano Ramos de los rojiblancos dio un codazo en pleno rostro a Carlos “El Gallito’’ Sánchez, quien al verse agredido correteó al Babeliano por todo el campo, el agresor se dio a la fuga por el portón de la calle Obregón. El partido fue suspendido por el árbitro central cuando faltaban 20 minutos para que concluyera, reanudándose el domingo siguiente y también hubo bronca.
En 1962 no participó ese equipo pionero y en 1963 regresó con renovados bríos y se constituye como Club Tigres de Salazar, presidido por Juan Antonio Destefano Pérez y capitaneado por los hermanos Bernardo y Roberto Huerta Gil, con la base del equipo anterior y se integran nuevos jugadores surgidos de la cantera: Venancio “La Chiva’’ Gutiérrez, David Contreras Leija, Rafael “La Osa’’ Rivera, Antonio “El Árabe’’ Cortés, Antonio Escobedo Velázquez, José “La Tripa’’ Estrada, César “El Tuklio’’ Rodríguez, Juan Manuel “El Mono’’ Destenave, Cristino “El Cerillo’’ Aguirre. Además, se incorporaron Ovidio Arévalo y Sergio Esparza.
La presentación de los Tigres de Salazar fue exitosa, entre sus partidos memorables, destaca el de diciembre de 1963 cuando derrotaron al poderoso equipo de los Buitres de la Narro por dos tantos a uno con un golazo anotado desde medio campo por Cristino “El Cerillo’’ Aguirre. Los Buitres tenían entre sus filas a dos buenos jugadores extranjeros, el peruano Odilón Plateros y el paraguayo Suárez, alumnos del plantel, quienes junto con el lagunero Cipriano “El Topo’’ Ontiveros formaban un poderoso tridente ofensivo.
En el verano de 1964 disputaron la final del Torneo de Copa contra el representativo del Grupo Industrial Saltillo (GIS), la cual perdieron en una dramática tanda de penales. Durante casi cinco décadas los Tigres de Salazar ha sido un equipo protagonista en el futbol saltillense en diferentes categorías, desde Primera Fuerza y Veteranos hasta Juvenil e Infantil. Sus colores celeste y blanco han sido defendidos con gran pasión por diferentes generaciones desde 1960 hasta la fecha.
El sábado anterior, en un ambiente de fiesta y camaradería, se dieron cita jugadores homenajeados y familiares para recordar la época dorada del futbol saltillense. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Antonio Escobedo Velázquez, Cristino “El Cerillo’’ Aguirre, David Contreras Leija, Venancio Gutiérrez, Federico Covarrubias, Jaime Rodríguez Gómez, los hermanos Sergio y Rafael Rivera Valdés, Juan Antonio Destefano Pérez, Lic. Luis Troconi (primer entrenador), Laura Valdés Sánchez (primera madrina del equipo) y Joel Ramírez, propietario de la camioneta que transportaba al equipo cuando jugaba fuera de Saltillo.
En seguida se hizo entrega de reconocimientos a los ex jugadores Felipe Rivera Valdés, César “El Tuklio’’ Rodríguez, Antonio “El Árabe’’ Cortés, Roberto Huerta Gil, Víctor Manuel Mendoza, José Estrada Torres, Marco Antonio “El Venado’’ Rodríguez y Bernardo Huerta Gil. Un reconocimiento especial recibió César Escobedo Velázquez por su promoción del futbol en categorías inferiores del Club Tigres de Salazar.
De los homenajeados no pudieron asistir por diversas razones Javier Rodríguez Gómez, Juan Antonio “El Mono’’ Destenave y Sergio Esparza, recibiendo el reconocimientos familiares de ellos. Se hizo entrega de un reconocimiento especial a Bernardo Mellado de León por su labor al frente de La Liga Municipal de Futbol de Saltillo y de la Asociación Estatal de Futbol de Coahuila durante varias décadas.
En el futbol la rivalidad es en la cancha, fuera de ella los protagonistas son amigos, como invitados especiales al evento, estuvieron: Juvenal Valdés y Pedro Torres, ex jugadores del Necaxa, acérrimo rival de Tigres de Salazar. El maestro de ceremonias fue Antonio de la Cruz, quien dirigió el programa con amenidad. El acto concluyó con la fotografía del recuerdo con los homenajeados presentes, quienes se reencontraron después de varios años para recordar tiempos idos. ¡Hasta el próximo miércoles!
