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El desprecio a la industria nacional

JULIO FAESLER

El factor trabajo convierte los medios disponibles en productos y servicios que requieren los individuos y la sociedad. Los complicados veneros financieros acaparan la atención como si fueran el origen de la riqueza, pero hay que recordar que el financiamiento no es el factor creador sino el auxiliar, ciertamente, muchas veces imprescindible

El proceso de producción requiere financiamiento para adquirir los instrumentos y equipos o aportar el capital de trabajo para responder a la demanda del mercado del producto. De no contar oportunamente con el financiamiento, como hoy sucede, se impide o retrasa la producción. En los años de la presente administración han cerrado el 79 % de las pymes que existían en 2018.

El Gobierno ha concentrado sus apoyos económicos en los programas dirigidos a los niveles más pobres del país y a los niveles más competidos. Esos programas solo se dirigen a cubrir los consumos más inmediatos de individuos y sus familias. Es el rango más elemental de la estructura social. Sigue pendiente atender la actividad productiva que crea los empleos cuyos salarios sostienen la demanda que anima todo el ciclo económico.

En la etapa en que México se encuentra es urgente apoyar financieramente no solo a las grandes empresas, sino a las miles de pequeñas y medianas entidades de producción (pymes), que ocupan el 90 % de la población trabajadora para ahí inyectar a la economía los ingresos que sustenten la creación de empleo y la demanda interna para la producción de artículos y servicios que actualmente se importan pese a que tenemos más que suficiente mano de obra y recursos naturales para atender gran parte de la demanda nacional y externa existente.

Las compras del Gobierno significan una porción importante del mercado para los productos mexicanos. La Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público contiene disposiciones que la administración actual desatiende. Artículo 8: "… la Secretaría de Economía dictará las reglas que deban observar las dependencias y entidades, derivadas de programas que tengan por objeto promover la participación de las empresas nacionales, especialmente de las micro, pequeñas y medianas. Adicionalmente, las dependencias y entidades deberán diseñar y ejecutar programas de desarrollo de proveedores de micro, pequeñas y medianas empresas nacionales para generar cadenas de proveeduría respecto a bienes y servicios que liciten regularmente".

Más adelante, el Artículo 14 dicta que "en los procedimientos de contratación de carácter internacional abierto, las dependencias y entidades optarán, en igualdad de condiciones, por el empleo de los recursos humanos del país y por la adquisición y arrendamiento de bienes producidos en el país… los cuales deberán contar, en la comparación económica de las proposiciones, con un margen hasta del quince por ciento de preferencia en el precio respecto a los bienes de importación, conforme a las reglas que establezca la Secretaría de Economía, previa opinión de la Secretaría y de la Secretaría de la Función Pública... Se otorgarán puntos a las micro, pequeñas o medianas empresas que produzcan bienes con innovación tecnológica conforme a la constancia del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial...".

El Artículo 28 fija que en las licitaciones públicas únicamente podrán participar personas de nacionalidad mexicana y que los bienes a adquirir sean producidos en el país, contando con un cincuenta por ciento de contenido nacional tomando en cuenta la mano de obra, insumos de los bienes y demás aspectos que determine la Secretaría de Economía…

Es inaceptable que el propio Gobierno viole sus propias normas desaprovechando la comprobada capacidad de fabricar en México trolebuses y que se importen completos de China sin siquiera intentar fortalecer la fabricación y el empleo en México.

Esta grave decisión fue diametralmente contraria a los intereses nacionales. Lleva a cuestionar las razones por las que se sigue prefiriendo malgastar en importaciones innecesarias los escasos recursos financieros que como ironía son reforzados con las generosas remesas que envían nuestros connacionales que con tesón trabajan en el extranjero.

En 2015 de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses Camiones y Tractocamiones (ANPACT), que agrupaba a los 14 productores más importantes de vehículos pesados en el país, declaró que los vehículos pesados fabricados en México mueven el 97 % de los pasajeros y el 56 % del total de la carga en el país, generaba 25 mil empleos directos y aporta 5.1 % del PIB manufacturero.

México es un importante exportador de vehículos pesados y exportó en dicho año 124 mil unidades, igual al 35 % de los vehículos pesados de Norteamérica, por un valor aproximado de 9 mil 500 millones de dólares. Se montó una exposición para exhibir la industria de vehículos pesados para que los propietarios de autobuses conocieran todas las opciones que existen en la industria para tomar mejores decisiones para su negocio.

Pasan los años... El Gobierno de la Ciudad de México de la 4T no opta por dar a la industria mexicana la oportunidad de fabricar 680 trolebuses, algunos ya en circulación. Están en curso de entrega los 500 que con inexplicable alegría se anuncian en camino desde la empresa china que los fabricó en su integridad. Las fábricas mexicanas esperan…

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