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Así no sucederá

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

La noticia de la semana nuevamente la da el presidente Andrés Manual López Obrador, al anunciar que su Gobierno creará la empresa Gas del Bienestar, con el propósito de contener los aumentos de tan básico energético que el pueblo de México hemos sufrido en los últimos años, justo cuando ha iniciado su gestión como el primer mandatario.

Una de las promesas de campaña del actual jefe del Estado mexicano era justamente mantener los precios de las gasolinas sin aumentos. Andrés Manuel capitalizó, entre otras muchas cosas, el incremento de precio que se dio justo en gasolina en los tiempos de su próximo antecesor, Enrique Peña Nieto.

Cuando el régimen del sexenio pasado tomó la decisión de liberar las arcas públicas del subsidio a las que estaban sometidas en aras de evitar el costo electoral que se sabían que eso conllevaba, el entonces propio presidente Peña lanzó un mensaje a la nación a través de la televisión explicando las razones del incremento de aquel entonces. En aquella alocución surgió una de las frases que habrían de marcar al personaje en el que se convirtió el expresidente Peña, esa "ahora les pregunto: ¿ustedes qué hubieran hecho?".

Más allá de la anécdota del expresidente, la bandera de los precios de los combustibles siempre es de gran calado en el electorado, y por supuesto que el sempiterno candidato de ese entonces, el hoy presidente López Obrador, la tomó para sus puntos. En el cúmulo de pifias y corruptelas de los regímenes pesaron más las propias propuestas del tabasqueño, fueron elementos sobrados para que en las elecciones de julio del 2018 López lograra un triunfo contundente en las urnas que los llevó democráticamente a la presidencia de la república que hoy disfruta.

"Prometer no empobrece, dar es lo que aniquila", reza el adagio popular, y es perfectamente aplicable para la situación que hoy se vive en México respecto a los precios de los carburantes. En el presente sexenio las gasolinas no han parado de subir y el precio de gas de uso doméstico aún ha tenido mayores incrementos. La realidad de estos precios se le estrellan en la cara a López Obrador que en lugar de comprender que los precios oscilan sí o sí debido a precios internacionales, lo cual escapa, pues, de las circunstancias locales, el presidente ha respondido ayer anunciando que creará una nueva empresa del Estado denominada Gas del Bienestar.

La razón esgrimida es que, según el propio dignatario, las empresas se han coludido y en vez de competir se han combinado para la manipulación de los precios en aras de obtener pingües ganancias.

Sin embargo, la Comisión Federal de Competencia Económica ha respondido el mismo día del anuncio de la creación de la nueva empresa vendedora de gas que ellos desde el sexenio pasado y presente han señalado que, ciertamente, el Gobierno no ha tomado las medidas suficientes para favorecer las condiciones de competencia, y que es evidente que puedan existir casos de colusión y que estos asuntos están en las instancias judiciales correspondientes.

Es casi evidente la presunción del presidente de que las compañías que actualmente comercializan gas licuado propano se han puesto de acuerdo para el manejo de los precios, y ciertamente reflejan incrementos sensibles y detrimento claro de la gente, y obviamente para los que menos tienen el daño es mayor; el problema es su respuesta.

En lugar de insistir en hacer cumplir la ley en cuanto a competencia económica y propulsar la inversión pública y privada para que más y mejores oferentes puedan participar en el negocio del gas, la respuesta es la creación de una empresa más del Gobierno. Solo un necio no puede entender que en principio ningún Gobierno puede ser un buen empresario, y las pruebas allí están; basta saber que PEMEX es un lastre para las finanzas públicas y la Comisión Federal de Electricidad un día sí y otro también presenta más frecuentes apagones, y de sus tarifas ni qué decir.

Hay que seguir apoyando al presidente en su lucha contra la corrupción, que, es cierto, se notan algunos cambios; igualmente su justa prioridad por favorecer a los que menos tienen. El problema son sus arcaicas ideas, sus prejuicios y su limitada cultura económica que tristemente nos conducen a un abismo y el anhelo de un México mejor, más justo y de mayor prosperidad, de seguir López Obrador, en su sexenio no sucederá.

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