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LGBT

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YAMIL DARWICH

Junio ha sido dedicado a reconocer el derecho de la personas con gustos preferenciales diferentes, sin duda es resultado de la apertura humanista de la sociedad posmoderna que busca nuevas formas de alcanzar la felicidad y, de hecho, es una acción que respetuosamente ejercida la favorece.

El movimiento de las personas homosexuales que buscan el respeto a sus gustos y preferencias no es nuevo en el mundo; filósofos, expertos en todos los campos del conocimiento, artistas y deportistas han confrontado a la sociedad con sus disposiciones.

También es injusto señalarlos denigrándolos; como ejemplo, recordemos el caso de "los 41 del porfiriato", cuando denunciaron la presencia de homosexuales en un festejo/baile privado vistiendo prendas masculinas y femeninas. El escarnio fue mayúsculo y todavía, un siglo después, sigue siendo tema explotado comercialmente. Como dato interesante, el yerno de Porfirio Díaz, bailador disfrazado, fue liberado ilegalmente.

Con el paso del tiempo, la diversidad sexual ha fraccionado la homosexualidad; en sexología se reconocen: heterosexuales, homosexuales, preferentes homosexuales o preferentes heterosexuales.

El símbolo del arcoíris representa el movimiento de LGBT: rosa para la sexualidad; el rojo, la vida; naranja, la salud; amarillo el sol; verde la naturalidad de sus preferencias; turquesa, magia y el arte; y el azul, la serenidad. Ahora se identifican cambiando diseños en sus emblemas y colores, buscando reflejar su expresividad sexual, según preferencias particulares.

La lucha por la aceptación de cada identidad sexual, como ejercicio de libertad, ha llegado al extremo de diferenciarse en: bisexual, transexual, asexual, queer, pansexual, intersexual, homosexual, polisexual y/o lesbiana, todos anteponiendo la palabra "orgullo".

También han aparecido movimientos organizados, con medios digitales de comunicación, caso de The Lesbian Life o Comunidad de San Aelredo, entre otros. Todos exigiendo públicamente, en manifestaciones y hasta con violencia, su derecho a ser y vivir su sexualidad como mejor les parece; curiosamente, no mencionan responsabilidades sociales.

El estudio de la sexología clínica diferencia al homosexual en relación con su biología por sus marcas genéticas: hombre, XY, y mujer, XX. No existe evidencia confirmada de que haya otra participación genómica, aunque varios estudios han sugerido posible influencia de algunos genes del cromosoma femenino.

También les reconoce la identidad de género, que es diferente a la biológica y, para el caso, la clínica acepta la clasificación en seis modalidades diferentes, ya enunciadas con anterioridad.

La postura clínica, en relación con los rasgos físicos y psíquicos, también es clara y se diferencia en tres tipos de comportamiento homosexual.

El homosexual verdadero, que comúnmente se desempeña sexualmente con capacidad de encontrar formas de relacionarse socialmente sin entrar en conflicto, en general, públicamente puede desempeñarse según el sexo asignado socialmente y tienen lo que llaman "gusto preferencial", según sus ideales de pareja, en forma similar a los heterosexuales y, consecuentemente, viviendo menor sufrimiento psíquico.

El homosexual ideatorio ha sido influenciado fuertemente por el medio social y familiar, vive la confusión con su identidad de género, que le lleva a conflictuarse con la sociedad al manifestarse con usos, costumbres y comportamientos imitando a las mujeres; la consecuencia es el choque y agresión social, respondiendo con rechazo a la crítica, aparente indiferencia hacia el repudio, manifestando agresividad. Ellos no tienen una clara preferencia del ideal de pareja, cometiendo repetidos errores en sus intentos de encuentro. Sufren crónico dolor psíquico.

El llamado de conveniencia, en realidad es un sujeto parasocial, incapaz de ser independiente y valerse por sí mismo -económica, social y emocionalmente-. Definido vulgarmente como gigoló o cinturita, desarrolla baja estima, llegando a perder la dimensión entre bueno y malo, personal y socialmente. Es un oportunista que busca quiénes le solucionen su vida en todos los sentidos y conforme avanza en edad y decremento físico puede ser altamente agresivo, golpeador, ladrón y hasta asesino.

Actualmente, los homosexuales enfrentan a grupos contrarios; extremistas que llegan a ser altamente agresivos al considerar que, siendo diferentes, ofenden a las mayorías violentando las reglas sociales. Todos los extremos generan conflictos.

Aunque debemos comprender -no necesariamente aceptar- las expresiones sociales de la homosexualidad, ellos también deben acatar que, en sexología, el respeto al derecho de los demás debe acatarse y reconocerse como fundamento de convivencia.

Son responsabilidades de los homosexuales respetar las reglas del desempeño sexual en el medio social; evitar generar conflictos, agrediendo con comportamientos públicos atípicos que ofenden y/o confunden a los otros; abusar, utilizando medios físicos, psicológicos, materiales y/o económicos para someter al heterosexual -especialmente menores-; evitar choque social, al intentar imponer usos, costumbres y cambios de leyes -matrimonios, adopción, etc.- sin buscar el debido acuerdo social.

No podían faltar los mercaderes: Mattel lanzó "Juega Con Orgullo", edición especial de su tablero de mesa UNO, estimando que la comunidad LGBT, como mercado, alcanzaba los 60 millones de dólares en 2018.

Respeto y libertad, binomio que todos deberíamos acatar. ¿Le parece?

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