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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El flamante Gobierno del presidente de Honduras, Manuel Zelaya, se mostró ayer dispuesto a negociaciones de paz con los líderes de las violentas pandillas juveniles, vistas como el principal problema por la población del empobrecido país centroamericano.
Las pandillas o Maras, integradas por al menos 36 mil niños y jóvenes, arrasan barrios y colonias pobres en las ciudades cometiendo todo tipo de asaltos y asesinatos, armados de fusiles y pistolas con los que se enfrentan frecuentemente con Fuerzas de Policía y entre sí.
“Una de las estrategias fundamentales (para enfrentar el problema de las pandillas) es establecer un canal de comunicación con ellos”, dijo el ministro de Seguridad, general retirado Álvaro Romero, a periodistas en un acto público.
“Tenemos que escuchar las motivaciones de estos jóvenes para estar en agrupaciones y, con la ayuda de la Iglesia y de las organizaciones sociales, convidarlos a que no cometan los crímenes y el delito en que han estado inmersos”, añadió.
Zelaya, que asumió el poder el viernes, se propone enfrentar el problema con una mezcla de “mano dura” -más policías en las calles y cadena perpetua para algunos crímenes- y rehabilitación, una medida que las organizaciones civiles reclamaban al presidente saliente, Ricardo Maduro. Negociaciones de paz durante el Gobierno de Maduro fracasaron y luego éste lanzó una “guerra” contra las pandillas utilizando a la Policía y el Ejército que disminuyó la presencia de estos grupos pero su accionar se hizo más violento.
El obispo auxiliar de San Pedro Sula, monseñor Rómulo Emiliani, que actuó como mediador en negociaciones entre el Gobierno y las pandillas dijo que éstas se rompieron en 2004 cuando dos de los negociadores, miembros de la llamada “Mara 18” fueron asesinados por miembros de presuntos escuadrones de la muerte.
Explicó que en las negociaciones pasadas que fracasaron con el Gobierno del ex presidente Ricardo Maduro, participaron únicamente líderes de la Mara 18, pero que él está dispuesto a contactar a los de la Mara Salvatrucha “para sentarnos junto al Gobierno a buscar la paz y que cese el derramamiento de sangre” en Honduras.
