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En las urnas: Más 4T o regreso de la partidocracia

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JULIO CÉSAR RAMÍREZ

Para la jornada electoral del 6 de junio, Morena está llamando a un voto masivo por sus candidatos, pero tales candidatos, sus alianzas y lo que proponen, no parecen ser realmente la esperanza de México. La oposición invita, por su parte, a poner un freno al presidente Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, tampoco las prácticas corruptas y mafiosas del pasado que representan parecen ser el camino más adecuado. Se juega así la segunda mitad del sexenio y la continuidad o reacomodo de la nombrada Cuarta Transformación, mientras sus adversarios -ahora en alianza PRIAN-RD- ponen de nuevo sobre el tapete su futuro. Se resume así la disyuntiva en vía de las urnas: Más 4T o regreso de la partidocracia.

Esta vez, la lucha principal es por el control de la Cámara de Diputados, si bien se renovarán además diversos cargos en los 32 estados del país.

Tres escenarios y tendencias observa la asociación Servicios para una Educación Alternativa rumbo al 6 de junio.

En la ciudadanía hay una tendencia generalizada a no regresar al viejo régimen de corrupción, opacidad, autoritarismo, violencia, desigualdad. Esa noción está suficientemente clara. Para que esa tendencia se materialice, la única posibilidad sería lograr el control del Congreso de la Unión. Esto implicaría que Morena y sus aliados ganaran por abrumadora mayoría la Cámara de Diputados. Tal escenario es, quizás, el más factible debido a las altas preferencias que tiene aún en la ciudadanía el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Existe también la tendencia, impulsada por algunos sectores de la sociedad, de un Congreso dividido. Establecería muros de contención a lo que consideran régimen "destructivo" de la 4T. Para que tal escenario sea factible, la oposición tendría que lograr subir sus niveles de preferencia y presentarse realmente como alternativa al partido Morena. Un Congreso dividido implicaría un proceso de negociación en la toma de decisiones sobre presupuesto público y sobre reformas a la Constitución. Es menos factible pero no imposible. Depende del desarrollo de las campañas y de la operación política, incluso durante la jornada electoral. Significaría el regreso de la partidocracia.

La tercera vía es la de la ciudadanía. Existe en el país una fuerza ciudadana de base diversa que busca desde regiones, ciudades, colonias, pueblos, comunidades, localidades, apoderarse de los procesos electorales. Procesos que aspiran a depositar la fuerza política no en los partidos sino en las expresiones ciudadanas que marcan agenda: género, medio ambiente, defensa de territorios, combate a la violencia, mejoramiento del empleo. Dicha tendencia consiste en desarrollar cambios desde el ámbito local, incluso buscando candidaturas que realmente representan intereses de comunidades y regiones. Esto implica trabajar dentro y fuera del marco electoral. Para este escenario no importan tanto los cambios de partido en el poder, sino las transformaciones que se dan en ámbitos comunitarios.

Considérese de igual manera que en el país hay pueblos, comunidades y localidades donde no se permitirá la instalación de casillas el 6 de junio, decisión avalada por la ley y autoridades electorales, porque se rigen por usos y costumbres.

Así, el 23 de mayo el pueblo purépecha de Cherán, Michoacán, eligió al 4° Consejo Mayor del Gobierno Comunal, donde los cuatro barrios que lo componen propusieron y en asamblea por usos y costumbres decidieron sin necesidad de partidos, campañas ni derroche de recursos. Avalado por la ley y el Instituto Electoral del Estado.

El 21 de mayo, por unanimidad la comunidad de Tenencia Indígena de San Ángel Zurumucapio, Michoacán, decidió auto-gobernarse y administrar los recursos presupuestales de manera directa y autónoma, avalada también por la ley y autoridad electoral.

Trece poblados indígenas en Michoacán se rigen por usos y costumbres y reciben presupuesto directo; se han dado cuenta que los pueblos que están organizados de esta manera obtienen mayor desarrollo y seguridad.

La demanda por la autodeterminación de los pueblos originarios quedó plasmada en los Acuerdos de San Andrés en 1996 ante la lucha del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y del Congreso Nacional Indígena, lo que permitió que Nurío, Michoacán, lograra en 2004 instalar el primer gobierno comunal; el segundo fue en Cherán en 2011.

Y son ejemplos que permiten ver que no todo es el sistema de partidos en México.

@kardenche

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