Columnas Social

Mayúsculas, sólo las necesarias

Las palabras tienen la palabra

JUAN RECAREDO

Me lo encuentro en numerosos textos que me envían para revisar como parte de mi chamba y en libros de todo tipo. En anuncios y carteles también encuentro señales de ese problema, ¡qué digo problema! En muchos casos es ya una enfermedad… la enfermedad que es el mayusculismo.

¿Qué es eso? Es el utilizar las letras mayúsculas donde no es necesario, y en otros casos, también es el no utilizarlas cuando sí se debe. La más vieja excusa — que ahora es totalmente obsoleta— para escribir un texto sólo con mayúsculas era el hecho de querer ahorrarse los acentos, es decir, no tener que poner tildes a las vocales que, por regla, lo llevan. Pero a los que usaban esta excusa se les “cayó su teatrito”, porque las reglas de acentuación siempre han considerado que las letras mayúsculas se tildan siempre, igual que las minúsculas.

En textos como correos electrónicos, mensajes por redes sociales y de muchos otros tipos, hemos convenido —aunque no es una regla ortográfica oficial—que cuando se escribe enteramente con mayúsculas es como si estuviéramos “gritando” en el texto, lo cual lo vuelve —al texto— agresivo e incómodo de leer, por lo que no se considera correcto y se debe evitar… porque no andamos por ahí gritándole a todo el mundo, ¿verdad? Bueno, algunos sí, pero no deberían.

En títulosde libros, capítulos, encabezados de periódicos, libretos y muchas cosas más, ahí están las mayúsculas, desfilando impunemente. Si uno como corrector o redactor le hace el comentario al autor o al diseñador de: “esto debe ir con mayúscula inicial y luego minúsculas” te contestan: “Es que con puras mayúsculas se ve mejor”. Y en muchos casos tienen razón e incluso la Real Academia Española avala este recurso con el fin de “llamar la atención del receptor”, pero en todos los casos hay que aplicar el criterio adecuado para saber cuándo realmente pueden usarse las mayúsculas y no abusar de

ellas porque entonces afectamos negativamente al texto.

Para que lo tengamos claro y no caigamos en este mayúsculo error, en estos casos se debe evitar el uso de mayúscula inicial: en los nombres de la semana, de los meses y de las estaciones del año, salvo que formen parte de una fecha histórica o festividad —por ejemplo, Viernes Santo—; los nombres de las notas musicales: do, re, mi… etcétera; tampoco en nombres propios o marcas que se han vuelto comunes: braille, kleenex, aspirina y otros.

Tampoco se usa mayúscula inicial en los nombres de las religiones —como catolicismo—; en los nombres de pueblos y tribus, como los mayas; en los tratamientos como: señor, don, san —de santo— y otros; y en los títulos y cargos como: papa, rey, presidente, ministro, cuando estén acompañados del nombre propio de la persona que lo tiene: el presidente Andrés Manuel, el papa Juan Pablo II, etc.

En cada caso, es necesario que pensemos bien cuando podemos escribir algo con mayúsculas y conocer las reglas sobre su uso, para no utilizarlas así, a la “ahí se va”, nomás porque nos da la gana. ¿Está usted de acuerdo?

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.

[email protected] Twitter: @donjuanrecaredo

ME PREGUNTA:

Pamela Méndez: ¿las siglas se escriben con mayúsculas?

LE RESPONDO:

Las siglas sí, como INE, ISR, etc. Los acrónimos —que son siglas que se pueden pronunciar como una palabra— que se han vuelto comunes, no se escriben con mayúsculas, como es el caso de “ovni”.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA:

Frase contundente de Katherine Hepburn: “La vida es dura. Después de todo, te mata”.

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