El blindaje del primer cuadro de Torreón no impidió que el jubilo de la afición santista se hiciera presente en los restaurantes y bares del Paseo Morelos, pese a las restricciones sanitarias y de seguridad.
Pare prevenir incidentes como los que han empañado la fiesta de la santosmanía recientemente, donde la aglomeración de personas y actos de vandalismo trastocaron la imagen de la ciudad a nivel nacional, sobre todo por estar en pandemia, las autoridades de los tres niveles de gobierno realizaron un megaoperativo de seguridad por tierra y aire para tratar de contener las pasiones desbordas que genera una final del Santos.
Desde temprana hora de este jueves se custodiaron los principales paseos de la ciudad, tantos en los alrededores del TSM así como los establecimientos comerciales donde hubiera pantallas transmitiendo el partido.
Los inspectores de las diversas dependencias revisaban que los coerciones estuvieran al limite de su capacidad permitida.
Los helicópteros del Gobierno del Estados, así como las patrullas de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, Vialidad, estatales y del ejércitos patrullaban la región, en las calles solo se escuchaban las narraciones del partido, así como los gritos de los aficionados que ansiosos disfrutaban de cada jugada.
A diferencia de otros partidos, en esta ocasión se delimitó con vallas cada establecimiento que abrió en el corredor comercial de la Morelos, ahí los paseantes que no alcanzaron a entrar o que simplemente decidieron salir, vieron el juego de pie gracias a las pantallas que daban a la calle.
Durante la primera mitad del partido, todo era calma.
El blindaje del primer cuadro de Torreón no impidió que el jubilo de la la afición santista se hiciera presente en los restaurantes y bares del Paseo Morelos, pese a las restricciones sanitarias y de seguridad. (IVÁN CORPUS)
