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Los indignados y las elecciones

ULRICH RICHTER

El sábado 15 de mayo de 2011 en el centro de Madrid, en la Puerta del Sol, tuvo lugar la llegada de una Primavera Política, cuando miles de españoles se reunieron para protestar por la crisis, los recortes y un nuevo matiz en un país con democracia: en el reclamo subyacía la falta de representación de la clase política.

Lo que motivó a los indignados es la sensación de malestar y frustración. Y el 15-M estaba en situación de canalizar esa indignación. No planteaba una crítica a la democracia o a las instituciones en sentido general, sino a la lógica de los partidos.

Las protestas, quejas y manifestaciones revisten la mayoría de las veces algún tipo de movilización, primordialmente de contenido social. El fenómeno de los movimientos sociales ha sido parte de la historia de la humanidad, el motor de las revoluciones, por ello es materia de múltiples investigaciones y estudios clásicos de la sociología. El ejercicio de una democracia minimizada que causa indignación en la ciudadanía y la impulsa a emprender acciones colectivas, dando origen a una serie de movimientos sociales. Indica el especialista Jiménez Sánchez: "El movimiento reside en dos cualidades esenciales. Por un lado, el objetivo último e inherente a un movimiento social es cambiar un orden social (u oponerse a su cambio), y por otro, se asienta en una red amplia de relaciones entre colectivos y personas que comparten una identidad colectiva. Analizando estas dos cualidades se puede decir que un movimiento es la red informal de interacciones entre una pluralidad de grupos, más o menos formalizados, y elementos que sobre la base de una identidad colectiva común tienen como objetivo la consecución del cambio social".

Sin duda alguna, en algún momento tú has sido víctima de un abuso, atropello o agravio, lo que fue el motor principal de un estado de indignación, originando una protesta por esta injusticia. Hoy, el mundo está lleno de un mar de iniquidades de toda índole.

La indignación para algunos se convirtió en rebeldía. Espartaco dirigió una de las más célebres revueltas de esclavos en Roma; Galileo, con su tesis innovadora de que la Tierra gira alrededor del sol, fue condenado por la Iglesia; Simón Bolívar contribuyó a liberar algunas naciones de América Latina; Sigmund Freud, Gandhi, Martin Luther King fueron considerados rebeldes. Otros más han sido calificados de revolucionarios.

Stéphane Hessel, autor del libro ¡Indignados!, un referente en esta materia señala: "El motivo fundamental de la Resistencia fue la indignación".

Cuando la revista Time designó como personaje del año 2011 al indignado (o manifestante), hizo un reconocimiento a los cientos de miles de personas que han salido a las calles a hacerse oír.

En los próximos días se llevarán a cabo las elecciones intermedias, y considero que la forma de hacernos oír es expresando nuestro voto.

Twitter: @UlrichRichterM

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Escrito en: Editorial Ulrich Richter

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