Después de un largo tiempo, los aficionados de Santos Laguna volvieron a festejar un triunfo en liguilla. (JESÚS GALINDO)
Noche nublada de liguilla en la Comarca Lagunera, liguilla que retorna tras una larga ausencia derivada de la pandemia y de la dolorosa eliminación el repechaje anterior, pero en esta ocasión, en una fecha especial para los santistas en TSM, se respiró un aroma especial.
Se dio un notable aumento de la vigilancia policial por parte de diversas corporaciones, desde la autopista procedente de Saltillo, hasta los alrededores del cuartel general albiverde, se observaron sirenas tintineando sus luces azules y rojas, la seguridad sanitaria se extendió también a ese habitual cuidado que se debe poner en las tribunas, cuando chocan laguneros y regios.
MIL
667 aficionados asistieron ayer
al partido entre Santos y Rayados.
La lluvia apareció y los jugadores resbalaban como niños aprendiendo a patinar, aunque pocos aficionados llegaron preparados con alguna prenda impermeable, nadie se movió de su lugar, una brisa refrescante nunca será suficiente para ahuyentar al santista de su asiento.
Cayó el gol de los visitantes y la celebración de la ruidosa parcialidad Rayada, aunque los locales callaron por un momento, de inmediato reanudaron su respaldo, aplaudiendo incluso a Carlos, a quien alguno culpó por "dar rebote" para la anotación regiomontana, pero la afición lagunera es de buena memoria y recordó las numerosas ocasiones en que el arquero ha sido héroe del partido, aplaudiendo su accionar cada vez que tocó la pelota.
Esa confianza que mostraban los aficionados, estaba bien fundamentada, pues apenas empezando el segundo lapso, "El Mudo" Aguirre gritó el gol del empate e hizo explotar a "La Esmeralda del Desierto", tronaron fuegos artificiales y se renovaron las esperanzas. Solamente unos minutos después, Gorriarán se puso el traje de torero en la esquina del terreno de juego y metió un centro cargado de veneno, no la pudo rematar Aguirre, pero Ayrton vio frente a sí la pelota, como si le gritara "mándame a guardar y saca tu coraje", el ecuatoriano correspondió a la petición y estremeció las redes para dar una explosiva voltereta que puso de cabeza al estadio.
"Vamos por otro", gritaban desde la tribuna, querían mayor tranquilidad para manejar el duelo de vuelta este domingo, pero los Rayados se acordaron de jugar y fueron los que tomaron el control de la pelota y pusieron a prueba a la defensa albiverde, que cumplió de forma gallarda manteniendo una ventaja mínima, pero ventaja al fin.
