La Champions League es el torneo de más alta calidad futbolística a nivel de clubes, eso está más que claro. Esa utopía de millonarios que quisieron crear algunos elitistas llamada SuperLiga Europea, es un reverendo fracaso desde su inicio, porque a los dueños se les olvida una cosa muy importante y en la que han perdido el interés, este juego existe gracias a los aficionados, punto.
Ese fue uno de los recordatorios que metieron los seguidores del Manchester United, cuando estaban a horas de jugar contra el Liverpool, tomaron por asalto el estadio y la cancha, que al menos moralmente les pertenece, porque podrás ser uno de los clubes más grandes, con más historia, con más dinero, pero sin esa afición, los clubes son simples organizaciones, los estadios son simples estructuras, los futbolistas simples personas y los dueños son simples millonarios, que esto sirva de recordatorio en todas las ciudades, regiones, países, confederaciones y continentes.
Sacada esa espina de la Superliga, que me traía incómodo desde hace días, vamos de vuelta a la Champions League, que ya tiene finalistas, serán dos clubes ingleses los que se midan el próximo 29 de mayo.
Por un lado tenemos al campeón de la Premier League, el Manchester City, que eliminó al PSG y se mete a su primera final de Champions League y que era uno de los objetivos históricos del club, si no es que el único, esta es la razón de la contratación de Pep Guardiola hace casi 5 años, esta es la razón de las inversiones millonarias del equipo, bueno más bien es el ganarla, no haber llegado, así que aún les falta dar ese último paso en esos 90 minutos, para escribir un capítulo dorado en su historia.
Por el otro lado tenemos al Chelsea, que superó tácticamente al Real Madrid y con un gran manejo de juego, el problema la falta de contundencia, porque de un 2-0 en la vuelta, el marcador que hubiera plasmado la realidad en la cancha debió ser al menos un 4-0, con ese control que le metieron los ingleses. Los Blues llegan a su tercera final de Champions con récord de 1-1 hasta ahora, una dolorosa derrota ante el Manchester United, en 2008, y una victoria mágica ante el Bayern Munich, en 2012. Así que de la mano de Thomas Tuchel, el club londinenses busca la segunda “Orejona” de su historia.
Como dato curioso del Chelsea, parece que estrenar entrenador durante la temporada le “asegura” que estará en la final de la Champions. Este año el cambio fue de Frank Lampard a Tuchel, pero en las dos ocasiones anteriores fue el despido de José Mourinho y la llegada de Avram Grant que los llevó a la final, pero no pudieron ganarla; y después Andrea Villas-Boas fue retirado del banquillo y su asistente Roberto Di Matteo tomó el toro por los cuernos para llevarlos a lo más alto de su historia.
La magia de la Champions League no tiene comparación, y lo volveremos a vivir este 29 de mayo, no te lo podrás perder.
Llegamos al final de esta columna, los leo vía Twitter en @Hiram_07 o directo en mi correo electrónico, que tengan un excelente fin de semana.
Hiram Alcalá // [email protected]
