Vaya, como un milagro, el futbol le devuelve algo de buena fortuna al Santos de Guillermo Almada. Ya era cansado aunque totalmente cierto, que la diosa fortuna parecía haber abandonado para siempre a los Guerreros. No solamente los dejó a su suerte sino que daba la impresión de que los abandonó dejándoles una maldición perenne que desembocaba en lesiones, enfermedades y demás infortunios interminables.
La suma de resultados recientes de los rivales del Santos que pelean meterse directo a liguilla entre los primeros cuatro de la tabla, han sido prácticamente todos a pedir de boca de los laguneros.
Uno o dos resultados pues pueden ser normales, pero más de eso, que es lo que ahora está sucediendo, es realmente increíble.
Rayados se ha caído de manera estrepitosa, el León cayó en Mazatlán y el Puebla en casa no pudo con los Pumas. Todo se ha acomodado para que el Santos de Almada aproveche el viento a favor y se cuele entre los primeros cuatro de la tabla, lo cual le daría un panorama mucho más cómodo para pensar en iniciar la liguilla avanzando y sobre todo no desgastarse en un juego de repechaje a matar o morir. Sea contra quien sea, ese tipo de partidos son sin tregua y por ende desgastantes, además de que en caso de pasarlo, el descanso es mínimo antes de jugar los cuartos de final.
Contra Pachuca es la cita, no hay que hacer cuentas más allá aún cuando perdiendo contra los Tuzos la luz verde para entrar directo a liguilla siga prendida. Vencer a los Tuzos y colocarse ya en posición de privilegio daría el golpe anímico ideal que se necesita para competir en la fiesta grande.
Meterse dando tumbos o quedar fuera sin aprovechar tanta fortuna puesta en la mesa sería terrible y la peor previa para ir a buscar ganar algo.
A la buena suerte actual se suma el anuncio de que Guillermo Almada se queda como entrenador del equipo para el próximo torneo, una gran noticia que definitivamente también da serenidad y certeza a jugadores y afición. Es un hecho que factores a favor se suman para la causa albiverde, sin embargo, sin convertir todo esto en triunfos, todo quedará en frustración y recuerdos de una oportunidad de oro desaprovechada.
El Santos golpeado por toda clase de tempestades por fin ve la luz y el futuro le sonríe. ¿Lo sabrá aprovechar?
Manye Castil // @manyecastil
