Tras más de un mes, los aficionados de Santos Laguna festejaron un nuevo triunfo de los Guerreros en el estadio Corona. (JESÚS GALINDO)
Tras una larga espera, los aficionados laguneros volvieron a ver a sus Guerreros en casa, donde la intención era cortar una racha de tres partidos sin ganar y convencerse a sí mismos de que tienen lo necesario para pelear por los primeros lugares de la Liga MX.
Tarde calurosa en la Comarca, apacible el ambiente alrededor del estadio, sin el bullicio de aquellos juegos sin pandemia que lucen cada vez más lejanos, días en que abundaban los vendedores de lonches, de semillas, de souvenirs originales y piratas, hasta las "taquillas ambulantes", todos ellos no forman más parte del paisaje urbano en TSM, al menos hasta que se vuelva a la dichosa "normalidad". El trayecto hacia el estadio es igualmente tranquilo, sin aglomeración de vehículos, las puertas del estadio ya se abrieron, pero igual los fanáticos guardan su distancia.
Abrumadora fue la superioridad de camisetas verde y blancas, pero no faltaron las playeras rojas de un club mexiquense que ganó aficionados por todos lados durante los primeros años del milenio, cuando comandados por "El Diablo Mayor" Saturnino Cardozo, llevaban al "infierno" a cualquier rival que osara ponerse enfrente.
No tuvo que esperar mucho el festejo de la afición, pues apenas contados minutos habían transcurrido en el primer lapso, cuando apareció "El Mudo" Aguirre, el de la tierra de "Los Dos Carnales", para abrir el marcador luego de un doble cabezazo en el área, combinación de canteranos que no ha sido nada raro para Santos en la actual temporada. La fiesta santista se prolongó durante el primer lapso con otro gol del sampetrino, un trallazo digno de cualquier liga del planeta, ventaja cómoda para los Guerreros y sonrisas abundantes en la tribuna, sonrisas que superaban al cubrebocas.
Llegó el medio tiempo y los festejos aumentaron, pues saltaron a la cancha las botargas predilectas de los aficionados laguneros: el Guerrero del Santos y el Pollo Algodonero del Unión Laguna, quienes bailaron, saltaron y celebraron que se superó por mucho la META del Guerretón logrando recopilar 15,523 juguetes, a pesar de que en esta oportunidad no hubo "lluvia de juguetes". Los 6,374 espectadores que ocuparon las gradas del estadio guardaban la ilusión de un segundo tiempo con mayores emociones, pero los Guerreros se encargaron de sentenciar el partido con gol de Juan Otero y la tranquilidad se apoderó de los aficionados, quienes se dedicaron el resto del encuentro a gozar y esperar el silbatazo, además de buscar alguna prenda para protegerse, pues aunque no llegó la tolvanera, sí se sintió un viento fresco, nada de lo que se acostumbra en la región.
Aunque los Diablos amenazaron con un gol, jamás sintieron agobio los Guerreros, quienes pacientes aguardaron por la finalización del encuentro, se embolsaron los tres puntos y se pusieron en camino a la liguilla.
Aplausos y saltos se observaron en la tribuna cuando Santander silbó el final, al tiempo que desalojaban a un espectador en la cabecera sur, el "prietito en el arroz" dentro de otra jornada en la que los fanáticos se comportaron de forma excelente, incluyendo a los niños pequeños que ya fueron admitidos; poco a poco el equipo se saborea la liguilla y los aficionados calientan la garganta, "Mudo, Mudo" fue el grito de victoria de ayer, en una jornada inolvidable para Aguirre.
