ME HABRÍA GUSTADO CONOCER A DON MANUEL DE LLERA Y SANDOVAL.
Un malqueriente suyo le dio una bofetada y en seguida lo retó a duelo. Le anunció:
-Mañana le enviaré a mis padrinos.
-Los espero -contestó don Manuel-. Que no vayan muy temprano, pues acostumbro levantarme tarde.
Cuando llegaron los sujetos les dijo el señor De Llera:
-Yo soy el ofendido, de modo que tengo derecho a escoger el arma que se usará en el desafío.
-¿Y qué arma escoge usted? -preguntaron los padrinos-. ¿Pistola? ¿Espada? ¿Sable?
-Bomba -respondió el caballero.
-¿Bomba? -se desconcertaron los visitantes.
-Sí -confirmó don Manuel-. Yo llevaré una bomba, y encenderé la mecha. El primero de los duelistas que huya para salvarse será el perdedor del duelo.
Así se hizo. Cuando la mecha estaba por llegar a su final el adversario y sus padrinos echaron a correr.
Entonces estalló la bomba. Se oyó un leve chisporroteo, la bomba se abrió y de ella salieron volando dos palomas.
Me habría gustado conocer a don Manuel de Llera y Sandoval. Sabía jugar con las cosas de la vida. Y también con las de la muerte.
¡Hasta mañana!...