Esperanza hecha cine en El Mezquital

El pasado 23 de marzo, El Mezquital, cortometraje realizado por cineastas laguneros y seleccionado en la convocatoria Proyectos Cinematográficos en corto de la Secretaría de Cultura de Coahuila y los Estudios Churubusco, fue estrenado en Torreón.   

La historia del cortometraje desempolva su narrativa en el propio terruño lagunero. Desde el primer fotograma se puede percibir la relación de don Pablo, el protagonista, con el monte. Un augurio lo aborda, está convencido de que ese año lloverá en El Mezquital, por eso prepara la tierra.

Las imágenes inyectan en el espectador una sensación de soledad, de silencio desértico. El único compañero que tiene don Pablo es un chivero con quien se cruza cada que pasea a su rebaño.

Así es como, entre esos cerros callados y abandonados por los últimos rayos del sol, asoma un personaje que ha rondado en la región durante los últimos años: la violencia.

"En la región de El Mezquital, como en gran parte de nuestro país, la delincuencia está presente y ,aunque es un fenómeno social y muy conocido, quise mostrarlo porque sigue arraigado y no se hace mucho por solucionarlo. Tal vez una parte de nosotros nos pide que actuemos al respecto, pero sólo nos quedamos como observadores. No así nuestro personaje que toma la peligrosa decisión de enfrentarlos", comentó Joss García, director del cortometraje.

Con un rodaje realizado en el ejido Vizcaya de Matamoros, Coahuila, se mencionó que la propuesta visual de la obra busca conectar con la atmósfera del desierto. Los lazos del cine emergen en texturas, colores y formas, mientras que los emplazamientos en planos amplios de la cámara se encargan de enmarcar la belleza y rebeldía del lugar.

En este tenor, Carlos Amador Wong, fotógrafo del proyecto, resaltó que el scouting (la exploración de escenarios) fue parte fundamental del proceso creativo.

"Ver y vivir los escenarios donde se desarrolla la historia nos dio una perspectiva más clara de lo que el personaje de don Pablo vive. Se trabajó con luz natural durante toda la filmación y se buscó una tonalidad cálida para la imagen final del cortometraje".

Para ello, se buscó que en los exteriores se resaltara la consistencia solar y la dureza de la labor campesina, mientras que en la casa del protagonista se empleó una luz más tenue.

Los resaltes entre los momentos de descanso y la tensión se pueden apreciar a través del uso de la cámara: fija para los momentos de tranquilidad, donde se aprecia a don Pablo trabajar, y al hombro para las escenas de conflicto.

"El Mezquital es una historia de esperanza. Los atardeceres nos recuerdan esto haciéndonos conscientes del final del día sólo para darnos cuenta de que volverá a salir el sol con un nuevo día".

Otro factor importante es el diseño sonoro, realizado por Roberto de Valle, pues está íntimamente ligado a la narrativa. En El Mezquital, el sonido ambiental es el lenguaje que sustituye a la seriedad de don Pablo. Esta herramienta también enriquece situaciones de tensión dramática. En su rango dinámico, los ambientes van desde la simpleza hasta acentos más marcados como el canto de una cigarra.

Cabe resaltar la inclusión del canto cardenche, género elegido por su nexo con la vida campesina en la región.

Todos estos factores enraízan a El Mezquital dentro del ambiente local, pero observado de manera distinta. La obra toma su nombre precisamente del árbol del mezquite, cuyas raíces son profundas y se atreven a indagar en el corazón de la tierra desértica. Es una analogía entre la terquedad del protagonista y el árbol.

Como ganador de la categoría de Talento Emergente, El Mezquital, que cuenta también con la producción de Martha Gándara,- fue acreedor a un recurso de 80 mil pesos y, además, pudo visitar los Estudios Churubusco en Ciudad de México como parte de su postproducción.

Tras ser proyectado también en Monclova y Saltillo, el filme espera que la Secretaría de Cultura de Coahuila elija la fecha para su proyección en línea, junto a los otros dos cortometrajes ganadores.

"Buscamos con este cortometraje, provocar que el espectador sienta conmiseración por estas alejadas comunidades que son olvidadas a su suerte, ante un panorama caótico que cada vez los empuja a emigrar a las ciudades. Sólo pocos se aferran a su tierra, a sus costumbres y a sus recuerdos".