(ESPECIAL)
El Bitcoin hizo saltar las alarmas allá por 2017, aunque su repunte en 2020 ya terminó de hacer que todo el mundo mirara hacia él. El sector de las criptomonedas se ha ido expandiendo poco a poco, planteándose como la futura alternativa al dinero tradicional. Monedas virtuales con diferentes valores y que parecen ser idóneas para el mundo hacia el que nos dirigimos, uno en el que prácticamente todo es digital.
¿Son las criptomonedas una inversión segura o un instrumento especulativo?
Cuando se habla de criptomonedas, lo habitual es pensar en el Bitcoin y el Blockchain. Sin embargo, este mundo es mucho más amplio que la moneda de los Satoshis. Solo hay que ver que existen alternativas como Ethereum que están dando pie a todavía más monedas virtuales con las que diseñar mecanismos económicos hasta ahora inimaginables. Mecanismos que, por otra parte, tienen a las entidades reguladoras inspeccionando a fondo un sector que no deja de evolucionar para ver cómo actuar adecuadamente.
El principal argumento que se esgrime a la hora de acusar al mercado de las crypto como uno destinado únicamente a la especulación es la volatilidad que han mostrado ciertas monedas con el paso del tiempo. Podemos volver al caso del Bitcoin y de cómo rozó los 20.000 dólares por unidad para después bajar a los 4.000 ó 5.000. Sin embargo, aquella situación no se ha vuelto a replicar.
Monedas que fluctúan a base de innumerables operaciones de compra y de venta; pero que, vistas con una perspectiva general, están dibujando un mercado que no para de ir en alza. Tenemos que volver al caso del Bitcoin y a cómo en las últimas semanas se ha movido en torno a los 50.000 dólares por unidad. Cantidades enormes que, para quienes confiaran en él, han supuesto un fuerte beneficio que además prevén incrementar con la tendencia de la moneda.
Grandes compañías están apostando por este resultado de las nuevas tecnologías. Los casos más ilustrativos están en la revelación de Tesla y su inversión de más de mil millones de dólares en criptomonedas, apostando por ellas como un valor seguro con una única trayectoria por delante: la creciente. Situaciones que, a ojos del público general, también están haciendo calar el mensaje de que, en efecto, las criptomonedas no son mera especulación. Cada vez se usan en más frentes y cada vez generan más rentabilidad en sus inversores.
Crece el interés por invertir a todos los niveles
Este contexto también ha llegado al mercado de masas. De hecho, con las nuevas tecnologías de por medio y la falta de beneficios en entidades bancarias, cada vez es más habitual ver a personas invirtiendo ahorros en criptomonedas. A día de hoy, hay numerosos brokers online y plataformas de trading que permiten realizar esto. De hecho, plataformas como Metatrader 4 se han asentado muchísimo a nivel global en este sentido.
Lo hace, porque es una plataforma segura de trading online. Metatrader4 es una de las tecnologías más confiables del mercado de la inversión, y los usuarios están descubriendo sus bondades, lo que les lleva a registrarse y empezar a operar en este mercado que cada vez abre más los brazos. También influye el hecho de que el proceso sea sencillo. Solo se necesita depositar dinero y ordenar la compra de la moneda en cuestión con el valor que se desee y en la cantidad que se desee.
Estas facilidades han permitido al público acceder también al mercado de las criptomonedas, aunque la perspectiva general dentro de este entorno mira más hacia lo especulativo. Hay quienes también acuden a ellas como una reserva de valor, como una inversión creciente con el tiempo que genera beneficios de la misma forma que lo podrían hacer unos intereses compuestos de antaño en las cuentas bancarias.
Personas que han conseguido triplicar su dinero a base de invertir alentan el enfoque especulativo, pero son dos caras de una misma moneda que dejan claro que el sector de las criptomonedas sigue creciendo. Surgen más monedas distintas, surgen nuevos usos y surgen más personas interesadas que descubren todo lo que hay en este sector digital. Surge mucho más interés, y eso no hace más que reforzar este fenómeno.
¿Son entonces una buena inversión a largo plazo?
Que apenas estén relacionadas con los activos tradicionales es uno de los grandes alicientes del interés general por las criptomonedas. Como decíamos antes, muchas personas e incluso empresas recurren al Bitcoin y otras monedas más relevantes como si fueran una especie de oro virtual. No tienen el problema de la inflación y, al tener un valor limitado en el mercado, sirven como refugio para evitar la devaluación del paso del tiempo que suele darse con el dinero tradicional.
La perspectiva general del mercado de las criptodivisas es muy positiva y, aunque, todavía es pronto para vaticinar su futuro, la clara tendencia dibujada a lo largo de los años da pie a unos márgenes bastante interesantes. Por muchas fluctuaciones que haya, por mucha especulación que se mueva, sigue su cauce en un crecimiento continuo. Uno que alimenta la confianza de las grandes empresas y el acercamiento a todo el público a través de la tecnología.
Por otro lado, su uso en diferentes sectores y el aprovechamiento de la tecnología tras estas criptomonedas también refuerza su posición. Vivimos en un mundo en el que las soluciones digitales cada vez están más presentes, y tarde o temprano el dinero también se terminará de mover a este entorno. Quizá no en unos años, pero a largo plazo es la evolución más lógica.
Y lo más probable es que las criptomonedas formen parte de ese futuro. Demostrando que, más que un mercado en el que especular, construyen un mercado en el que confiar.
