El estado texano que había sido ocupado en primera instancia por los españoles durante el virreinato mexicano, se independizó de México cuando un grupo de inmigrantes estadounidenses se levantó en armas proclamando una república independiente.
México intentó recuperar el estado, lo que dio lugar a una guerra en la que perdería definitivamente su territorio.
Posterior a esto, Texas se incorporó de manera oficial a los Estados Unidos en 1845 y a los Estados Confederados de América en 1861.
Actualmente, Texas es el segundo estado de los Estados Unidos en tamaño y número de habitantes, se encuentra formado por 254 condados y mantiene su economía en base a la agricultura, la minería y la explotación de yacimientos petroleros.