La realidad de la cultura digital

El pasado 4 de febrero, la Coordinación de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México, presentó en línea la Encuesta Nacional sobre Hábitos y Consumo Cultural 2020, un estudio sin precedentes sobre el comportamiento de la cultura en línea durante la pandemia y cuyo tópico no ha sido emulado por ninguna otra institución del país.

Los resultados arrojados por esta encuesta, después de consultar a ocho mil 780 personas de las 32 entidades de la república, con perfiles interesados en la cultura, enfatizaron que el público mexicano ha preferido ver películas y series en plataformas de streaming, que realizar recorridos virtuales o contemplar obras de teatro durante la pandemia. Situación que crea señalamientos sobre las estrategias empleada por las instituciones para llegar a su público de manera virtual.

Como se mencionó, la encuesta evaluativa de la UNAM no ha sido replicada por otra institución, ni siquiera por la Secretaría de Cultura Federal, quien ha presumido al programa Contigo en la Distancia como uno de sus principales estandartes.

Ante esta situación, el sociólogo y gestor cultural lagunero Francisco Navarro Sada, considera que existe una saturación de contenidos y una subestima de las instituciones hacia los públicos, situación que podría ser causa de este distanciamiento.

Otro señalamiento es que las instituciones no están llevando a cabo correctamente las instrucciones dictadas en el documento Frente Creativo. Respuestas al COVID-19, publicado en abril de 2020 por la Oficina de la UNESCO en México. En el tenor del inicio de la pandemia, este texto invitaba, entre otras actividades, a prestar apoyo directo a artistas y a otros profesionales de la cultura para que trabajen con herramientas digitales, establecer programas de formación y de estudio sobre estas tecnologías, facilitar espacios dedicados a la creatividad e innovación digital, así como promover la colaboración digital entre artistas y gestores culturales.

"Hay una responsabilidad colectiva que no se está cumpliendo cabalmente, entre instituciones, ONGs, creadores, instituciones, artistas, que es pensar los procesos de comunicación de otra manera. Sé que se está buscando, pero hay quienes se están quedando con sus formatos tradicionales, que de por sí ya tenían sus carencias", mencionó.

Francisco Navarro Sada también recalca que esta encuesta se realizó a personas que tienen acceso a internet. Es decir, sólo se está tomando en cuenta a un estrato de la población interesada en la cultura. Faltan herramientas para evaluar el impacto de la pandemia en el desarrollo cultural de las periferias urbanas, las zonas rurales y las comunidades indígenas, donde la crisis por la COVID-19 se contempla desde otra perspectiva. Lo interesante será que los estudios futuros también tengan un apartado para estas poblaciones.

"Creo que no hay clara una política de cultura digital. Son intentos de acciones, la mayoría de ellas mal hechas o mal gastadas y presupuestadas. Tienen mucho trabajo por hacer. Primero, en el escritorio, de sentarse a ver a los sectores de la población y poner en marcha acciones de verdad", cerró el sociólogo.

SIN EVALUACIÓN EN COAHUILA

En Coahuila, hasta el momento, tampoco se ha gestado un estudio similar a la Encuesta Nacional sobre Hábitos y Consumo Cultural 2020. Ante la cuestión, José Luis Rodríguez Sena, director de Desarrollo Cultural en la Secretaría de Cultura de Coahuila, dijo que el proyecto de una evaluación digital en el estado apenas se "está construyendo" en coordinación con otras entidades norteñas como Nuevo León o Tamaulipas. Sin embargo, no hay fecha específica para su implementación y, según el funcionario, los resultados podrían hacerse públicos hasta el segundo semestre de 2021.

Rodríguez Sena compartió que, con los datos que hasta el momento cuenta la Secretaría, se ha registrado un alcance de cuatro millones 207 mil personas respecto a las actividades virtuales que se realizaron en 2020: Cultura nos une en línea, Leerte cerca, la Muestra Estatal de Teatro, actividades por el centenario de Venustiano Carranza, Arte Resiliente, Territorio Escénico, entre otras.

Si bien cuatro millones 207 mil personas es el alcance bruto que tuvo la dependencia de manera virtual durante 2020, aún no se ha hecho una revisión a fondo de esa cifra para verificar qué porcentaje realmente contempló toda la actividad ofertada y quienes sólo registraron su visita en la plataforma, pero sin consumir el producto en su totalidad.

"Ahorita lo que estamos revisando son los alcances o las visitas que nos hacen al producto, pero justamente este traslado a las actividades digitales, nos está obligando a las instituciones a revisar nuestros indicadores", dijo Rodríguez Sena.

También se dijo que se está tratando de generar iniciativas para capacitar a los artistas y gestores culturales en materia digital para su producción-.

Por su parte, el artista y académico Alejandro Pérez Cervantes, ha cuestionado la eficiencia de la comunicación cultural en esta nueva etapa virtual en Coahuila.

"¿Realmente cuáles son los alcances genuinos, los alcances concretos? La institución hace la transmisión de un evento y asume que el alcance por los likes o por las reproducciones, puede llegar a ser igual o mayor que en una modalidad presencial. Creo que hay un riesgo de caer en la condescendencia".

Pérez Cervantes enfatiza que precisamente faltan medidores para registrar la atención del público durante las transmisiones y también señala una saturación de la oferta digital.

"Si eres un estudiante que ha tenido cinco o seis transmisiones diarias de clases, ¿qué tanto estás dispuesto a asumirte en una cuestión de virtualidad? ¿qué tanta disposición se puede tener? Entonces, sí creo que hay un riesgo de hacer cuentas alegres y por otro lado, la audiencia corre un riesgo de saturación".

A un año de que comenzó la pandemia, el académico se dice preocupado tras no haber ninguna evaluación en el estado en materia de consumo de cultura digital.

"Creo que el formato de lo digital tiene muchas posibilidades, pero creo que estas posibilidades no se han explorado lo suficiente. Se han quedado en cuestiones muy genéricas, muy básicas, en una oferta cultural muy pobre. Otra cosa que no se ha revisado son los recursos que se están ahorrando las secretarías en tema de viáticos, de pasajes de avión, de honorarios para los trabajadores, de infraestructura. Todo ese recurso se debería estar vinculando a hacer esta oferta cultural más efectiva".

En 2020, la Secretaría de Cultura de Coahuila empleó 136 mil pesos de su presupuesto federal para realizar el programa Cultura nos une en línea.