La paralización de las conversaciones se producen mientras los representantes de los insurgentes realizan visitas oficiales en la región. (ARCHIVO)
Las negociaciones para la paz entre los talibanes y el Gobierno afgano sufren nuevos reveses y se estancan, con las partes culpándose mutuamente por la falta de compromiso en el proceso mientras crece la violencia en el país.
Los negociadores, que mantienen conversaciones desde hace casi cuatro meses en Doha para poner fin a veinte años de guerra, comenzaron la segunda ronda de encuentros el pasado 5 de enero.
Anwari aseguró que los negociadores del Gobierno afgano se encuentran en Doha "comprometidos con las reglas y procedimientos de las conversaciones, pero la otra parte no está lista para sentarse a negociar".
La paralización de las conversaciones se producen mientras los representantes políticos de los insurgentes realizan visitas oficiales en la región.
En los últimos días, el negociador jefe de los talibanes, Mullah Baradar, encabezó una delegación a Irán, mientras su negociador adjunto, Sher Mohammad Abbas Stanekzai, lideró una visita a la capital rusa.
En Moscú, Stanekzai culpó al Gobierno del presidente afgano, Ashraf Ghani, de no estar comprometido con el proceso de paz.
"Si Ghani quisiera detener la guerra diría 'renuncio' y aceptaría un nuevo Gobierno islámico por la paz", dijo el representante talibán aludiendo a la formación de un Ejecutivo interino en Afganistán.
Estos comentarios fueron rechazados por Kabul, que cree que "la instalación de un Gobierno interino significa allanar el camino para una injerencia extranjera permanente", dijo a Efe el portavoz del Asesor de Seguridad Nacional de Afganistán, Rahmatullah Andar.
La conformación de un Ejecutivo interino fue descartada también por el director de Asuntos Públicos del palacio presidencial, Waheed Omer, que aseguró que "no hay otra forma para la transición del poder" que no sean las elecciones libres.