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Alejandro Tovar

Ahora mismo, la vida no es asunto sencillo para nadie y ello va con todas las especies. Uno de los gremios más lastimados es el de los fantasmas, espíritus de almas errantes, al que asocian con los vampiros, algo inaceptable.

Aquellos son sanguinarios y crueles; éstos tienen un toque de simpatía por inofensivos, solo emiten aromas, algunos sonidos y desplazan diferentes cosas. El nuestro se llama José. Es tímido pero sigue asustando gente, misión prioritaria. Fue comisionado al IMSS 71, a la sala de intubados por Covid. No tuvo éxito y salió llorando de los cuadros que observó en dos días. Por ello quiere ingresar a algún sindicato para cambiar el destino propio, ya es imposible seguir siendo lo que era y lo es desde los tiempos de Jesse Owens y Jackie Robinson, a quienes vio que siendo héroes del deporte les daban trato discriminatorio.

Atrapado en el hospital no lo puede creer, viendo el pequeño televisor para todo el grupo, asistentes blancos dan de beber ¡en la boca ¡a jugadores negros, que además son mayoría y le dan tributo a un joven apolíneo de tipo único, facciones finísimas de negro con tez apiñonada. Todos se rinden a su brazo pues completa 325 yardas y se completa con un gigantón Travis Kelce, que parece tener imán para recibir 13 pases para 118 yardas y 2 TD. Se llama Patricio, es un fenómeno.

Mirar es central para un fantasma. Mirar donde aparentemente no pasa nada. José quería que luego del primer partido, vinieran videos de gente como Aleida Núñez o Demi Rose con escasa ropa pero nada, solo comentarios y de nuevo futbol. Antes, José descubrió a un señorito que parece inglés de Buckingham. Alto, blanco radiante, sonrisa de James Bond. El famoso Tomasito.

Es un californiano de San Mateo (43) que recibió 250 mil dólares de incentivo por calificar con sus Bucaneros, 500 mil por ganar la división y tiene pendientes otros 500 mil si gana el SB. Un tío. Tiene tres caballos que son mejores que los de Ben-Hur compitiendo con Mesala. Fournette, un moreno que parece tener motor de Ferrari, junto con Mike Evans y Scotty Miller, tipo Mercedes.

En su momento, José llegó a sentir amplia simpatía por Aaron Rodgers de Packs, un tipo de hielo que no denota su estilo de Chico, California. Es como un tarzán moderno, con rostro sin muecas, a la manera de Yogi Berra haciendo señales a Whitey Ford o Marlon Brando instruyendo a Michael Corleone en El Padrino. Todos destilan oficio, imagen, atracción. Son como rockstars.

José, el fantasma bueno, quiere seguir en IMSS 71 hasta que venga el duelazo de Brady con Mahomes pero faltan dos semanas. Buscará que lo releven de la sala de gente infectada por Covid y tomar aire en otro grupos que le impresionan pues para casi todos, Santos Laguna siempre tiene un plus y él piensa que el deporte no construye el carácter, sino que lo revela. Esto porque encuentra gente que ya le quiere poner al muchacho Acevedo el suéter de Iker Casillas y al colombiano recién llegado ya lo confunden con James Rodríguez. Es un fantasma muy receptivo.

Alejandro Tovar//[email protected]

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