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Futuro Fracaso

El sonido experimental de Futuro Fracaso

Este proyecto lagunero apuesta por estéticas urbanas y texturas electrónicas

Dualidad. Futuro Fracaso se aventura en las nuevas estéticas musicales que ofrece el siglo XXI.

Dualidad. Futuro Fracaso se aventura en las nuevas estéticas musicales que ofrece el siglo XXI.

SAÚL RODRÍGUEZ

Sin etiquetas, así es como el proyecto de Futuro Fracaso surca los ríos musicales de La Laguna. Su búsqueda es una aventura por sonidos electrónicos, atmósferas que se aproximan a lo oscuro y una estética urbana que incluye al rap como el medio para su retórica.

Conformado por Carlos Ilich y Gabriela Osorno Sarabia, Futuro Fracaso comenzó a gestarse en 2017, cuando Ilich retomó los intereses musicales que había abandonado años antes.

En este retorno, cuando Ilich era el único integrante del proyecto, Futuro Fracaso publicó su primer material homónimo en 2018.

"Quería tocar como dark wave, porque eso era lo que estaba escuchando. Es como que me pongo a componer más de lo que estoy escuchando en ese momento", comentó Ilich.

En cuanto a las letras, este primer material aborda temas como la violencia de pareja y la injusticia.

Luego, Ilich se encontró con Gabriela Osorno y le pidió ayuda para fungir como disyóquey en sus presentaciones en vivo. La fórmula funcionó y actualmente ambos conforman la banda.

La segunda carta de Futuro fracaso se consolidó en el EP Rott3n, un material de cuatro canciones que fluye en una temática más agresiva y política.

"En el segundo disco el sonido cambia. Es un EP de cuatro canciones. Se le metió pistas de hip hop, de metal trap", dijo Ilich.

En Rott3n, Gabriela Osorno aporta también sus perspectivas musicales, participa en las grabaciones y apoya en las presentaciones en vivo.

"El segundo disco lo siento más maduro en cuestión del sonido de Ilich. Me encantó ese cambio que se sintió palpable", aseguró Osorno.

SOBRE EL ESCENARIO

Una de las grandes virtudes de Futuro Fracaso, además de su concepto musical, es el manejo del escenario. Los dos integrantes ya tienen un diálogo establecido al momento de los conciertos.  

"Todo está directamente ligado a los ensayos. Como que los ensayos los utilizamos para experimentar y equivocarnos lo más posible, y se logra ahí como cierta energia que ya estando en el escenario, con puras miradas ya sabemos qué onda, sin necesidad de decir nada, se crea cierta energía entre los dos, como una comunicación más allá del lenguaje", indicó Osorno.

Y es que la entrega y lo lúdico son indispensable en la propuesta que Futuro Fracaso comparte en el escenario. Se busca efectuar una presentación con energía y motivación para bailar y hacer slam. Un desahogo en ondas sonoras.

Actualmente, Ilich maneja el control creativo del proyecto. Su proceso de composición consiste en escuchar música durante hora y media, toma ideas y las emplea como material para construir un sonido propio, original. A veces también captura alguna tonada en su grabadora de sonido, como preámbulo a crear música en computadora.

Futuro Fracaso se impregna así de las estéticas sonoras del siglo XXI, donde la generación que creció con internet ha dejado de escuchar un sólo género, para abrir su perspectiva y experimentar la riqueza de los timbres sónicos.

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