Los juegos de mesa coadyuvan a desarrollar diferentes habilidades: intelectuales, emocionales e, incluso, sociales. (ARCHIVO)
El juego es una actividad que no solo permite la recreación, sino también desarrollar diversas habilidades físicas e intelectuales. De acuerdo con el informe Aprendizaje a través del juego, publicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en colaboración con Fundación Lego, "constituye una de las formas más importantes en las que los niños obtienen conocimientos y competencias esenciales".
Para estimular las capacidades de los pequeños, no es necesario recurrir a complejas opciones. Los tradicionales juegos de mesa (como rompecabezas, ajedrez o cartas) ayudan a mejorar diferentes destrezas, a la vez que se pasa un momento de diversión en compañía de amigos o de la familia.
ABANICO DE BENEFICIOS
Los juegos de mesa coadyuvan a desarrollar diferentes habilidades: intelectuales, emocionales e, incluso, sociales. Por ejemplo, incentivan la creatividad, fortalecen la agilidad mental y mejoran tanto la memoria como la concentración. Y es que algo tan sencillo como estos juegos requieren poner atención.
Quienes optan por este tipo de diversión se vuelven más pacientes y perseverantes. "Además de todo, los juegos enseñan a soportar la frustración de manera lúdica", señala en entrevista Fernando Fernández Castro, psicólogo y director de la Clínica de Atención a la Condición Autista y Maltrato Infantil de la Universidad Intercontinental (UIC).
Por si fuera poco, estos fomentan la interacción con otras personas, ayudan a entender y seguir las reglas, a aprender el significado de ganar y perder, así como a mejorar la autoestima, pues despiertan la satisfacción por haber realizado algo bien.
"A través del juego, los niños aprenden a forjar vínculos con los demás; a compartir, negociar y resolver conflictos; además de contribuir a su capacidad de autoafirmación. El juego también enseña a los niños aptitudes de liderazgo y a relacionarse en grupo", cita el informe Aprendizaje a través del juego.
Debido a que en todos los juegos es necesario comunicarse, también "estimulan la capacidad de lenguaje de los pequeños, ya que para jugar es necesario hablar, aunque no lo hagan acompañados", dice el especialista en psicología clínica y desarrollo infantil.
Aunado a estas ventajas, los juegos de mesa ofrecen mayor variedad en cuanto a precios y aprendizaje, ya que hay de diferentes categorías. Por ejemplo, de estrategia (como el ajedrez y el dominó), de concentración (los famosos Jenga y Destreza) y educativos (tales como el Scrabble o Turista Mundial).
¿CÓMO ELEGIRLOS?
Al seleccionar un juego para los pequeños, hay que tener en cuenta diversos factores. "Primero, hay que poner atención a los gustos del niño, pues de nada sirve regalarles el mejor si no les agrada. Segundo, el juego debe permitir la interacción con los demás, es decir, debe poder compartirlo con otros y poder jugar, incluso, con los papás. Por último, éste debe ser divertido o, de lo contrario, pierde todo el sentido", resalta Fernando Fernández Castro.
Asimismo, es fundamental que el juego en cuestión represente un desafío para el infante, o lo verá como algo aburrido. Además, debe poder modificarse a sí mismo, sobre todo, en cuanto a sus reglas para volverlo así más entretenido para todos los jugadores.
No hay que olvidar que este tipo de entretenimiento fue creado para pasar tiempo en familia o con amigos, por lo que, de ninguna manera, deben obsequiarse para que el pequeño pase tiempo solo.
NO TODO ES VIDEOJUEGOS
Fernando Fernández Castro, director de la Clínica de Atención a la Condición Autista y Maltrato Infantil de la Universidad Intercontinental, recomienda tomar en cuenta las siguientes medidas para que los videojuegos no se conviertan en un problema en nuestra casa:
- El descanso de los niños no debe verse interrumpido por jugar, es decir, nunca deben desvelarse por ello.
- Todas sus tareas y obligaciones (escolares, familiares o del hogar) deben quedar cubiertas antes de jugar.
- Hay que limitar su tiempo con los medios digitales de manera que los pequeños puedan estar en su recámara y explorar sus demás juguetes.
- Pon atención a su comportamiento. Algunos infantes no juegan para divertirse, sino porque se sienten ansiosos por no hacerlo.
