Nueva época
El cambio que estamos viviendo no es causado por la pandemia; venía perfilándose desde algunos años antes y estaba teniendo resistencias, lo que ha hecho la pandemia es acelerar ese cambio de época.
Entender estos cambios no es fácil. La realidad es complicada y llena de cosas inéditas que requerirán un verdadero discernimiento con la ayuda de información clara y veraz, superándola inundación de información poco profunda y falsa.
Lo primero que hay que saber es que no todo tienen que ser nuevo. Las civilizaciones a lo largo de la historia guardan un tesoro cultural que tiene que ser apreciado, purificado, actualizado y adaptado, pero nunca destruido, lo que es un riesgo ante esta novedad que puede querer hacer tabula raza. La historia, el arte, la cultura, la tecnología, la ciencia, tienen un papel preponderante en la reestructuración de esta época. Sin embargo, el rumbo que lleva el mundo tiene también elementos que hay que purificar; tendencias destructivas del hombre o de su entorno tendrán que ser dejadas atrás, lo cual tampoco será fácil pues incluyen inercias fuertes e intereses creados que no renunciarán tan fácilmente a sus privilegios y poderes ganados.
¿A quien corresponde implementar esta nueva época? Autoridades nacionales e internacionales han mostrado su incapacidad para hacerlo, entre otras cosas por falta de independencia, de preparación y de coordinación. ONU, OMS y demás instituciones internacionales no han asumido su rol de liderazgo. La ciencia y la razón brillan por su ausencia y las intervenciones carecen de la autoridad que se necesita para resolver problemas.
El México del 2021 tiene la oportunidad de ser factor importante en la construcción de esta nueva época; las elecciones de junio revisten una gran trascendencia por el número tan grande de puestos que están en juego. La estructura partidista tendrá que renovarse también para poder estar a la altura de la coyuntura, poniendo candidatos aptos y no los consabidos "chapulines". La pérdida de la confianza de la población, manifestada en las anteriores elecciones presidenciales, fue una manifestación clara de que se quiere una renovación y que los mexicanos estamos preparados y queremos un verdadero cambio. Toca pues a la ciudadanía la responsabilidad en la construcción de esta nueva época, no sólo por la votación en los comicios de junio, sino por todos los acontecimientos que se presentarán y la disposición al cambio que México ha manifestado.
Siempre ha sido importante la participación ciudadana, pero hoy reviste una importancia mucho mayor por todo lo que está en juego dentro de la construcción de la nueva época.
Será necesario leer bien los acontecimientos y las tendencias que se perfilan con un análisis realista que conlleva este cambio de época.
La nueva época es real y poco a poco la estamos aprendiendo a entender e imaginar. El mundo siempre está en transformación, adaptación y renovación y México está listo para ser protagonista incluso a nivel mundial. ¿Cuáles cambios están por venir? en las condiciones laborales, en turismo y viajes, en la forma de hacer campañas, tecnologías novedosas, en la manera de estar en casa, de ser contratado, de practicar el deporte, de hacer arte, las empresas serán más tecnológicas, nuevas y frescas, crece la interacción en el entretenimiento, el valor de la credibilidad, del prestigio, de los datos personales, de lo natural. La escuela ya nunca será igual, se contratará al más preparado de cualquier parte del mundo. El sistema médico se adaptará a lo digital, habrá menos infecciones, nuevas formas de economía, de gastos, de consumo. Tendremos por fin la oportunidad de unión global para ayudar a transformar y resolver los grandes temas.
Una nueva época se está gestando y tenemos el privilegio de asistir a ella y ser sus protagonistas. El mundo está viendo este año como un nuevo inicio. Un renacimiento. Vienen grandes oportunidades. Todos están a tiempo de encontrar nuevos caminos. ¡Bienvenida la nueva época!
